El 14 de marzo River tendría que haber recibido a Atlético Tucumán para disputar la primera fecha de la ya extinta Copa de la Superliga. Pero la decisión del Más Grande fue no presentarse a dicho encuentro y se basó en una cuestión lógica: comenzaba la pandemia por el Coronavirus y la prioridad era la salud de sus jugadores y empleados. Inclusive el resto del mundo había interrumpido sus actividades, en el plano doméstico se jugaría sin público y la suspensión de actividades ya comenzaba a verse en todo el país. Por lo que resultaba coherente que el deporte más popular también iba a quedar interrumpido.

A comienzos de marzo, el Coronavirus era casi desconocido, no se sabía cómo afectaba a las personas, pero sí se sabía que era muy contagioso. En los días previos al comienzo de la Copa de la Superliga, Thomás Gutierrez –colombiano de las Inferiores- había tenido algunos síntomas que generaron preocupación en River y ese fue otro de los argumentos del Millonario para no presentarse a disputar la primera fecha de un torneo que no se iba a jugar. Pero igualmente y con muy poco sentido del compañerismo, Atlético Tucumán decidió viajar a Buenos Aires para presentarse al Estadio Monumental, lo mismo hizo Germán Delfino, en lo que fue una actuación lamentable, ya que River había manifestado que no iba a presentarse, pero igualmente la utilería del conjunto tucumano se dirigió hasta Núñez.

Días más tarde se dictó el aislamiento social preventivo y obligatorio y el asunto quedó prácticamente en el olvido, hasta que finalmente llegó el fallo de la AFA que establece que River no sufrirá una sanción deportiva porque el club de Núñez cuidó la integridad de sus jugadores y empleados, pero sí le corresponderá pagar los gastos que debió afrontar Atlético Tucumán en concepto de traslado y hospedaje. No queda claro si el partido se jugará en algún momento, en caso de jugarse será una de las tantas incoherencias de la AFA, ya que la Superliga no existe más y por ende la Copa de la Superliga tampoco.