Un jugador recordado y muy querido por la hinchada millonaria recordó su etapa en El Más Grande. El sueño cumplido, su opinión sobre Astrada y Gorosito, el día que jugó desgarrado de 9, el caso Ameli–Tuzzio y su obsesión por salir campeón con La Banda.

Si algo caracterizó la etapa de Danilo Gerlo a lo largo de sus 5 años en River fue su entrega total por la camiseta. Paco no nació en el club ni era un dotado en lo técnico, pero dejaba el alma en cada pelota y la gente lo supo reconocer. Para el santafesino, haber defendido el manto sagrado fue alcanzar un sueño y así recordó su llegada, en diálogo con Arroban: “Estaba en el campo con un amigo y me llaman para que venga a Buenos Aires. Yo no entendía nada. Me vine a Buenos Aires, me tiraron un papel y me dijeron: ‘¿vos querías jugar en un grande?’ ‘Sí, como todos, ¿no?’, respondí. ‘Bueno, vas a jugar en River’. Ahí tomé conciencia. Una emoción. Uno siempre sueña pero no sabe si va a pasar”.

Leonardo Astrada fue el director técnico que lo trajo de Quilmes. “Una gran persona, y fue el que me cumplió el sueño”, opinó sobre el Negro. Sin embargo, cuando fue consultado por Néstor Gorosito, otro de sus técnicos en River, evitó hablar demasiado. “No compartimos las mismas opiniones, cada uno para su lado”, fue lo único que aclaró sobre Pipo.

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Una de sus tardes más inolvidables en Núñez fue en un partido ante Arsenal, cuando el equipo jugaba con dos menos, no tenía más cambios, y él, desgarrado, se quedó en la cancha para no perder otro jugador. “Fue anecdótico. Se dio en el partido y creo que cualquier compañero hubiera hecho lo mismo. Ya quedó en el tiempo. Yo le doy más importancia a los jugadores con los que jugué y a los amigos que tengo”, recordó sobre aquel día.

Volviendo a sus primeros años en el club, Paco se refirió a lo que fue la pelea entre Ameli y Tuzzio: Lo viví, ese plantel estaba para campeón. Fue un momento triste, doloroso, pero creo que no me corresponde hablar. Eran dos referentes, dos grandes jugadores. Se habló y se dijo mucho, pero cada uno saca sus conclusiones. Fue un punto de quiebre en ese plantel, es una situación que no se vive mucho y no me gusta mucho hablar de eso. Fue un momento feo”.

Paco también contó que varias veces lo buscaron de otros clubes. Sin embargo, había una razón que lo hacía seguir en River: “A mí me quiso llevar Alfaro a San Lorenzo, me quisieron llevar a Arabia y a Portugal. Y yo hasta el día que no saliera campeón en River no me iba a ir. Estaba obsesionado. Así jugara o no jugara, era una obsesión. Y lo logré”.

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