Santiago Lencina brilló en la noche cordobesa de sábado. El pibe volvió a ir desde el arranque en River y tuvo una actuación excelente, con doblete como frutilla del postre. “La verdad que fue un día soñado”, manifestó el chaqueño tras el partido. Atrás de esa actuación hay una historia más que interesante.

Nacido en Corzuela en 2005, Lencina llegó al Millonario en 2018 de la mano de Luis Pereyra. Este último, artífice principal del presente del jugador, habló con Lito Costa Febre en River Monumental y contó detalles sobre su historia. “Hace muchos años fuimos a un torneo que se jugó en Posadas. Él jugaba para su club, que era Obreros de Corzuela en una categoría dos años más grande”, empezó.
“El era dos años más chico y era enganche natural, neto enganche de pie de River: zurdo, la cabeza levantada, el pase filtrado… Esos jugadores que nos gustan a los de River”, agregó Luis a continuación. Sin embargo, pese a que jugar en el CARP es el sueño de cualquiera, convencerlo de llegar a Núñez no fue sencillo.

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“Costó mucho traerlo porque a él le costaba mucho despegarse de papá, mamá y de un pueblito muy pequeño. Lo trajimos a Buenos Aires y él se paró como volante central. Gustó mucho porque se paró como cinco y pedía todas las pelotas. Con el tiempo se fue acomodando, pero costó mucho que se consolidara en Buenos Aires porque él extrañaba mucho”, reveló el reconocido descubridor.
“Su mamá se vino a vivir con él a un departamento, y con Lisandro Bajú (lateral izquierdo de la Reserva). Vivían juntos hasta que al otro año a Lencina lo convencimos de que se quede en la pensión y que estudiara. De a poquito se fue soltando. Es un chico que tiene mucho futuro, muy humilde, muy callado”, completó Luis.
Los jugadores por venir
Dejando a Lencina de lado por un momento, Pereyra afirmó que “hoy River debe tener entre siete u ocho jugadores, entre Reserva y Quinta, que el técnico los puede tener en cuenta”. Asimismo, dejó en claro que, según su criterio, “hay que tener paciencia y no apurar a los pibes”.

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“La verdad que fue un día soñado. Desde chico que arranqué a jugar al fútbol, uno siempre sueña con esto. Hoy pude cumplir un sueño que tenía desde chiquito cuando llegué a River. Agradecido a Dios, a mi familia y a toda la gente de mi pueblo en Chaco”, comenzó diciendo el pibe tras el partido.