Pese al empate en cero frente a Rosario Central, los hinchas de River reconocieron el esfuerzo y dejaron en claro que todavía tienen esperanzas de dar la vuelta olímpica. Además, hubo reacciones divididas por el regreso de Teo al estadio Monumental y un emotivo respaldo a Mora.

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Más de 60.000 hinchas colmaron el templo de Núñez para alentar al Millonario en la tarde noche del domingo. La enorme expectativa se alimentó durante la semana, cuando se agotaron las entradas, pero creció luego de que el eterno rival igualara 1-1 en Parque Patricios frente a Huracán. River pasó a depender de sí mismo, aunque esa ilusión chocó contra un planteo demasiado aguerrido de Rosario Central.

Como siempre, el aliento de la gente estuvo a la altura de las circunstancias. Lamentablemente, muchos simpatizantes pasaron un mal momento por las demoras y el maltrato policial en el acceso a la tribuna Centenario. Aun así, una vez adentro, el apoyo al Más Grande se hizo sentir a través de un variado repertorio musical, acompañado por ovaciones individuales.

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El primero en recibir el afecto, al igual que cada partido como local, fue Marcelo Gallardo, mediante un estruendoroso “Muñeeecooo, Muñeeecooo”. Luego llegó el turno para el capitán (“olé, olé, olé, olé, Ponzio, Ponzio”) y Maidana (“olé, olé, olé, olé, Joni, Joni”). Pero el más emotivo esta vez se lo llevó Rodrigo Mora, a los siete minutos del primer tiempo: se inició con un “u-ru-gua-yo, u-ru-gua-yo”, seguido por la unión de la mayoría de la gente para corear su apellido.

Sin embargo, el foco de atención estuvo puesto en alentar siempre al equipo. La bienvenida, al grito de “River, mi buen amigo” llegó acompañada por “para ser campeón, hoy hay que ganar” y “los de arriba son bosteros, los podemos alcanzar”. Al ritmo de la Mona Jiménez, también sonó un viejo clásico como “Millonario, hoy te vinimo’ a ver, Millonario, hoy no podés perder”.

Teo recibió más aplausos que silbidos, pero no fue ovacionado

La preocupación lógicamente aumentó a medida que los minutos corrían y el equipo dirigido por Gallardo no podía abrir el marcador. Sebastián Driussi causó dos “uuuh” a través de un remate en el palo derecho y un cabezazo apenas desviado, mientras que el árbitro Fernando Rapallini provocó el enojo de los hinchas, debido a que cometió varios errores en la sanción o no de infracciones.

¿Teófilo Gutiérrez? Aplaudido cuando fue anunciado por la voz del estadio antes del encuentro, su salida por un cambio dividió las aguas entre aplausos y sibildos, aunque los primeros fueron más. Minutos después, la bronca por el 0-0 de ninguna manera trajo reproches, sino lo contrario. La despedida fue mediante “y dale, y dale, y dale, River, dale”, así como “River Plate, River Plate, River Plate, River Plate, te vinimos a ver, te llevamos en el corazón, te queremos ver campeón”.

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