Un aspecto sumamente importante de los clubes es la función social y para River eso siempre fue fundamental. La oportunidad de brindarle a los pibes de las Inferiores una habitación, formación escolar y un seguimiento personalizado a los chicos es digno de destacar. Es por eso que casi todos los futbolistas surgidos de las Inferiores del Más Grande guardan el mejor de los recuerdos de su paso por el club, hayan triunfado o no en Primera. Para aquellos que vienen del interior del país y sienten el desarraigo de sus familias el club pasa a ser su casa y allí sus compañeros, entrenadores y empleados del club su familia.

Emanuel Mammana hizo absolutamente todo lo que estuvo a su alcance para lograr rescindir su préstamo en el Sochi y su vínculo contractual con el Zenit para poder volver a River, para eso tuvo que resignar una importante cantidad de dinero y lo hizo para volver a ser feliz jugando al fútbol en el club que le dio todo. No hace falta aclarar que Mammana es un excelente marcador central y ya lo demostró con el Manto Sagrado, pero también es una persona sumamente humilde que priorizó regresar a su casa para volver a ser dirigido por el Muñeco. Podrá sumar muchos minutos, jugar bien, regular o mal, pero el gesto que tuvo con River debe ser reconocido.

Su difícil historia de vida

Si bien para muchos la pensión de River es importante en cuanto a la formación, para Emanuel Mammana fue vital ya que desde muy chico perdió a sus dos padres y en River tuvo la contención necesaria aunque no todo fue color de rosas y así lo recordó en diálogo con Radio La Red: “Todos aquellos que perdieron a los padres saben lo duro que es. Tuve ganas de suicidarme, estuve a punto de hacer una locura. Estaba por irme a entrenar, después de que pasaran dos meses en los que no quería saber más nada. Fui solo a tomarme el tren, vi que venía y estuve a punto de tirarme, pero me agarraron del cuello de la remera y me tiraron contra la pared. Esa persona no sé quién es, pero le agradezco de corazón, me salvo la vida. Hoy tengo a mi familia y mis hijos. Mis papás no hubieran querido eso”.