No hay un River relajado. Tampoco un equipo aburguesado. Nada de eso. El compromiso, la agresividad para pelear por cada pelota y las ganas están fuera de discusión. Sin embargo, el Millonario perdió de nuevo. Tuvo otra pobre versión futbolística, lejos de lo que puede dar, incluso con el adiós de Gonzalo Martínez. Pero volvió a caer, esta vez 2-1 ante Unión, y está condenado a luchar para lograr la clasificación a las copas internacionales del año 2020, sin la ambición de ilusionarse con la vuelta olímpica en la Superliga.

 

Las ideas brillan por su ausencia. Únicamente aparecen a través del pie izquierdo de Juan Fernando Quintero, autor del gol -más allá del desvío en Jonathan Bottinelli, la pelota tenía como destino el arco- que sirvió para tener esperanzas durante los últimos minutos. No fue suficiente para rescatar un punto en el estadio Monumental, donde van dos derrotas consecutivas, un hecho extraño para el River de Marcelo Gallardo.

Además de las falencias para generar situaciones de gol, las circunstancias tampoco ayudaron. Kevin Sibille cometió una falta sobre Franco Troyansky que el árbitro Nicolás Lamolina interpretó como penal, pese a que el pisotón no fue dentro del área. Franco Fragapane venció a su tocayo Armani, quien no logra amigarse con los remates desde los doce pasos. Así Unión se puso en ventaja en su segundo tiro de la noche. El tercero y último también concluyó en gol luego de un desborde de Nelson Acevedo que terminó en zurdazo del uruguayo Diego Zabala.

 

Para colmo de males, el campo de juego es un desastre en relación a las exigencias de River. Lleno de pozos, desniveles e irregular en todos los sectores. Por supuesto que el Millonario no perdió por el terreno. De ninguna manera se puede decir, aunque sí es una realidad que atenta contra la premisa del Muñeco porque la capacidad de sus dirigidos para dar pases precisos y veloces al ras encuentra obstáculos por todos lados.

Las individualidades tampoco aparecen. Ignacio Fernández y Exequiel Palacios exhibieron un desempeño desconocido. Rafael Borré y Lucas Pratto aportaron las ganas de siempre, pero sin éxito en la resolución ante una defensa muy firme y práctica. Los cambios para romper el 4-3-3 y transformarlo en un 3-4-3 -hasta mutó en 1-3-3-1-2 (Javier Pinola como último hombre frente a un rival que finalizó utilizando un solo delantero)- no alteraron el panorama. Pese a los intentos del cierre, River perdió nuevamente y se sigue alejando de Racing.