Faltas repetidas a favor de Gremio, demasiado tiempo realizado por los rivales en el estadio Monumental y una infracción inexistente de Pinola sobre el final del encuentro hicieron explotar a los futbolistas de River. Los mismos fueron sobre el árbitro Víctor Carrillo a protestar, pero apareció alguien que calmó las aguas de inmediato.

Sí, con el fin de evitar informes innecesarios pensando en la vuelta en Brasil, Marcelo Gallardo separó a sus dirigidos del juez en cuestión para marcharse todos rumbo al vestuario. De esta manera, ya comenzaron a pensar en las alternativas que el equipo necesita para seguir con vida en la Copa.