La distancia de los clubes de Brasil con el resto del continente es cada vez más pronunciada y evidente. Las figuras que vuelven de Europa y el protagonismo que tienen sus equipos en las distintas competencias internacionales marcan una clara tendencia del poderío que tienen los brasileros en el último tiempo. Los últimos enfrentamientos mano a mano entre los equipos argentinos y los brasileros en la Copa Libertadores demuestran que la brecha es cada vez más grande.
La final que disputarán Athletico Paranaense y Flamengo en la presente edición de la Copa Libertadores es una nueva muestra de la hegemonía que mantienen a nivel continental. Si bien es cierto que en 2017, 2018 y 2019 llegaron tres equipos argentinos a la definición del certamen, el dato más relevante es que en las últimas tres ediciones hay un dominio absoluto de Brasil. En el 2020 los protagonistas de la final fueron Palmeiras-Santos, en el 2021 Palmeiras-Flamengo y en el 2022 habrá nuevamente dos brasileños. Una hemonía que sólo logró cortar el Millonario en 2018.
A la hora de repasar las últimas definiciones del certamen más importante del continente, se impone una constante: los campeones de la Libertadores son casi siempre de Brasil. Sucedió en el 2017 con Gremio, en el 2019 con Flamengo, en 2020 y 2021 con Palmeiras y secederá en la presente edición. La única excepción a la regla fue River, que en el 2018 venció a Boca en el mítico Estadio Bernabéu y se quedó con la Copa más importante de la historia.
Una victoria que coloca al conjunto de Marcelo Gallardo como el único equipo no brasilero en ganar la Copa Libertadores entre las últimas cinco ediciones, además de disputar la final en dos competencias consecutivas. Algo que a la distancia y en un contexto cada vez más adverso, no parece poca cosa para los tiempos que corren.