La admiración que despierta Marcelo Gallardo por su trabajo en River no solamente es una cuestión local o regional, su capacidad para liderar trasciende fronteras en esta oportunidad hizo foco en él el reconocido diario New York Times, probablemente uno de los más prestigiosos del mundo. En dicho periódico salió una nota que critica la manera que los grandes clubes europeos contratan a sus entrenadores y que en muchos casos fracasan.

 

El periodista inglés Rory Smith, que cubrió tres Mundiales, Juegos Olímpicos y decenas de competiciones europeas, escribió en el Times respecto a la falta de oportunidades que entrenadores como Marcelo Gallardo tienen a la hora de ser considerados para ocupar un puesto en los grandes clubes de Europa. El periodista se refirió al extraordinario currículum del Muñeco, a su capacidad para trabajar con un presupuesto reducido y también focalizó en el enorme elogio de Ramón Díaz.

“Marcelo Gallardo tiene el tipo de currículum gerencial que debería hacerlo irresistible para la mayoría, si no todos, de los clubes de élite de Europa”, aseguró Smith en su nota en el NY Times y luego valoró: “Ha estado en su puesto actual durante siete años, el tiempo suficiente para demostrar que no es un mercenario, parpadeando breve y brillante antes de seguir adelante. Ha demostrado que puede hacer frente a la presión más profunda y las expectativas más elevadas. Ha demostrado que puede montar las corrientes políticas que giran alrededor de cualquier club importante. Ha aprendido a trabajar con un presupuesto relativo”.

Rory Smith pone el foco en la cantidad de títulos que ganó el Muñeco como DT de River, pero además hace hincapié en gran elogio de Ramón Díaz, otra gloria del club a Gallardo: “Sobre todo, ha ganado. Ha ganado una y otra vez. En River Plate, Gallardo ha acumulado una decena de importantes trofeos como técnico. Ha ganado dos campeonatos continentales y está a dos minutos de un tercero. Uno de sus antecesores en el club bonaerense, Ramón Díaz, lo ha calificado como el mejor técnico de la historia del equipo”.

Todo el éxito de Gallardo, hasta ahora, ha llegado en Sudamérica. Ganó un campeonato de liga con Nacional en Uruguay y fue recompensado con un puesto en River Plate, uno de los clubes más grandes del mundo para todos los estándares, un ambiente tan impaciente, exigente y expectante como en cualquier otro lugar. Allí, ha ganado dos veces la Copa Libertadores”, asegura Smith, quien agrega que dirigir a clubes de la magnitud de River conlleva la misma presión que hacerlo con cualquier grande de Europa y además pone sobre la mesa la cantidad de vueltas olímpicas que dio Gallardo en sus más de siete años al frente del Más Grande.

Pero quizás el cambio más grande sea en lo que los superclubs consideran una experiencia previa relevante. Un historial de éxito en la gestión ya no es, estrictamente hablando, necesario. O, más bien, una franja particular de éxito ya no se considera válida, porque lo que constituye el éxito es muy difícil de medir”, dice Smith en su nota del New Yor Times y luego completa: “En cambio, es mucho más importante el conocimiento de cómo funcionan estos templos gigantes y en expansión de la importancia personal, la sensación de estar cómodo dentro de ellos, un sentimiento de pertenencia. Es ese cambio el que ha privado a Gallardo, y a muchos entrenadores como él, de una oportunidad. Y les ha dado a los superclubs un problema”.

Rory Smith asegura que las experiencias negativas de Bianchi o –en menor medida- la de Bielsa en clubes europeos hacen que entrenadores como Gallardo puedan tener difícil el paso al fútbol del Viejo Continente: “En ocasiones, ese miedo ha estado bien colocado: Carlos Bianchi convirtió primero a Vélez Sarsfield y luego a Boca Juniors en los mejores equipos de América Latina, pero luchó por impactar en la Roma y luego, una década después, en el Atlético. Otros, como Marcelo Bielsa, han dado el salto con un poco más de facilidad. Sin embargo, ese escepticismo ya no se aplica solo a los sudamericanos. Los superclubs de Europa ven cada vez más un océano a su alrededor. Gallardo no es el único entrenador que, a estas alturas, podría haber esperado recibir la llamada de uno de los gigantes del juego. No es el único que ha construido un cuerpo de trabajo que debería convertirlo en un candidato convincente”.

“Está Erik ten Hag, el entrenador del Ajax, que ha convertido a su club en una potencia en Holanda y está al borde de su segunda carrera profunda en la Liga de Campeones. Está Rúben Amorim, una década más o menos más joven, que ya ha puesto fin a las dos décadas de espera del Sporting de Lisboa por un título portugués. Está Marco Rose, que ha pasado del Red Bull Salzburg al Borussia Mönchengladbach y luego al Dortmund”, son los ejemplos que Smith utiliza para demostrar que entrenadores del perfil de Gallardo pueden triunfar en Europa y luego dice: “Estos son los entrenadores que el Barcelona o el Manchester United deberían buscar nombrar ahora. Son los entrenadores a los que el Real Madrid o la Juventus podrían haberse acercado en verano. Lo más probable es que sean las próximas grandes cosas”.

Mucho más dignos de simpatía son los entrenadores, como Gallardo, que se encuentran atrapados en un juego cuyas reglas han cambiado por debajo de ellos. Él, como los demás, ha hecho todo lo posible. Ha conquistado dos veces un continente. Ha construido un currículum irresistible, solo para que le digan que lo ha hecho todo en el lugar equivocado”, concluye Rory Smith y vuelve a elogiar a Marcelo Gallardo.

La página del diario de papel donde salió publicada la nota sobre Gallardo en el NY Times.

La página del diario de papel donde salió publicada la nota sobre Gallardo en el NY Times.

* Texto original en inglés. Traducción La Página Millonaria.