El primer semestre de Martín Demichelis fue casi de excelencia. El equipo fue el indiscutido campeón de la Liga Profesional, ganó el Superclásico y aunque sufrió en la Copa Libertadores, pasó de ronda dándole un baile a Fluminense, que luego fue campeón. ¿Cómo se llegó desde allí a este caliente presente que tiene al DT en la cuerda floja? Por una sucesión de hechos que comenzó con aquel famoso off, impulsado por jefe de prensa que lo acompañó hasta unos días después de ese momento.

La eliminación en octavos de final de la Libertadores con Inter de Porto Alegre pegó duro, pero maquillada por una gran actuación de local con Rochet como figura y una insólita definición por penales, no desestabilizó a un técnico que contaba con el apoyo mayoritario de los hinchas de River. Y con mérito: en pocos meses había hecho que la partida de Marcelo Gallardo no se sienta. Al menos dentro del campo de juego.

Demichelis, de indiscutido a ciclo cumplido en menos de un año.

Demichelis, de indiscutido a ciclo cumplido en menos de un año.

Sin embargo, ese encuentro privado entre Demichelis y periodistas en el cual el DT tuvo expresiones fuertes a la hora de referirse a algunos jugadores del plantel, y principalmente referentes, habría roto todo puertas adentro. El plantel se enteró y con Enzo Pérez a la cabeza, tuvieron una conversación cara a cara con el DT. Ricardo Dasso tuvo que dejar su cargo como jefe de prensa del entrenador a raíz de lo sucedido. En ese momento hubo una tregua pero la relación nunca se pudo recomponer. Y a partir de allí, el ciclo del ex Bayern Munich comenzó a caer lentamente en picada.

La cronología de hechos que desmoronó la era Demichelis en River

Luego de aquel off, fueron los malos resultados deportivos los que comenzaron a detonar la bomba que hoy tiene como punto cúlmine el enojo de la gente y las opiniones divididas en la dirigencia con respecto a la continuidad del oriundo de Justiniano Posse al mando del equipo. Y un plantel que evidentemente parece no responderle.

Las eliminaciones con Rosario Central y Boca en dos Copas de la Liga Profesional consecutivas y con Temperley en Copa Argentina, las flojas actuaciones jugando de visitante que significaron derrotas papelonezcas como la sufrida con Riestra y la partida del último ídolo Enzo Pérez pesaron mucho más que las dos finales ganadas a Rosario Central y Estudiantes, el Superclásico en La Bombonera y haber sido el mejor primero de la fase de grupos de la Copa Libertadores 2024.

En ese escenario, un ciclo que alternó buenas y malas, y que desde los números sigue dando positivo, está más cerca de llegar a su fin que de continuar. Claro, es que en el fútbol los números no siempre mandan, y hay cosas que no se negocian: el prestigio, el respeto a los ídolos y la idiosincrasia de un club tan grande como River. Incluso en caso de seguir siendo el DT, parece imposible que Demichelis vuelva a ganarse al hincha.