Ánimos bajos, confianza mermada y un descontento a flor de piel. Nadie le escapa al clima que se vive, y jugadores, cuerpo técnico y dirigentes tienen cada uno su cuota de responsabilidad. Es un River que no representa a un hincha al que la paciencia se le acabó. En ese escenario, una vez más el estadio Monumental se prepara para hablar. El partido del domingo ante Sarmiento, lejos está de ser uno más del calendario.
Son tres puntos importantes para acomodarse en la tabla de la Liga Profesional 2024, pero más importante es que el equipo de Martín Demichelis dé una muestra de carácter, o al menos, señales de vida. Señales de que el mal trago pasará y de que, como dijo el técnico, hay con qué revertir la situación. En ese marco, las opiniones entre los hinchas están bien divididas.
El Manto Sagrado trae consigo una exigencia inigualable en el fútbol argentino, así como el Monumental es el verdadero templo del país, aquel donde las tribunas realmente ganan partidos. Y sobre todo los importantes. Porque el hincha de River acompaña siempre. Incluso cuando no hay un feedback desde dentro del campo de juego.
El debate se inició en las redes sociales y seguramente se trasladará a los tablones el próximo domingo. Están quienes, convencidos de que la voz popular será la que redirija el rumbo de River, van decididos a expresar el malestar. No solo con Demichelis, sino también con un grupo de jugadores que hace rato no dan la talla.
Y están también quienes entienden que el enojo se transmite fuera de los 90 minutos, y que mientras la pelota ruede, no debe bajar nada más que aliento desde cada rincón del Monumental. A esa línea se suman quienes pregonan que a los de la casa no se los maltrata. No es la primera vez que las aguas están divididas entre los hinchas, y la verdad no se sabrá hasta el domingo.
Hay dudas en el armado del equipo, hay incertidumbre sobre la continuidad de Martín Demichelis luego del partido en caso de un resultado desfavorable, más allá del respaldo que recibió el DT en la reunión del jueves con Ponzio y Francescoli. De cara al domingo, lo que menos hay es certezas. Pero la pregunta que resuena por sobre todas, en un momento como este es una: el Monumental hablará, ¿qué dirá?