Si bien es cierto que el flojo debut del equipo de Demichelis en Libertadores no debe perderse de la mente, tampoco hay que desvalorizar el gran trabajo que se está haciendo en el campeonato. Puntero en solitario, con 24 puntos de 30 disputados y seis vallas invictas por torneo seguidas. Todo, bajo un contexto de gran juego asociado.
Frente a Huracán, River llegaba con la duda de como estaría físicamente Nicolás De La Cruz, quien ya había quedado afuera del equipo que viajó a Bolivia por Copa y que parecía seguir con problemas en su rodilla. Luego de un flojo rendimiento de Palavecino en La Paz, existía la duda de como saldría el 11, y quién sería ese tercer volante que acompañaría a Aliendro y Enzo Peréz en la composición defensiva del equipo.
Finalmente, el Millonario salía con Esequiel Barco en ese sector y con Salomón Rondón como titular en lugar de Paradela, cambiando el esquema a 4-4-2. Casco y González Pirez, luego de no contar con minutos en la Copa, volvían desde el arranque.
Así, se presentaba un River con doble cinco por segunda vez en el torneo, dos mediocampistas a pierna cambiada que cierren su juego por el medio y un doble nueve de diferentes funciones. Sería muy importante la posición de Beltrán, quien por momentos haría incluso de mediapunta.
Huracán, por su lado, salía con un 4-5-1 con Cóccaro como única punta. Formación poco utilizada por el globo, pero que al funcionarle por Copa Sudamericana, su DT decidió repetir. Laterales con distintas funciones, doble 5 de buen pie y Lucas Castro intentando hacer jugar en zona Aliendro-Enzo al local. Sus extremos serían fundamentales, ya que darían amplitud por los costados, proponiendo 1vs1 a los carrileros de River.
Con todo esto en cancha, el Millonario se hizo ampliamente superior a su rival, brillando la sociedad Beltrán-Barco. Sin embargo, el cordobés se tuvo que retirar con un golpe en el entretiempo del partido, dándole lugar al ingreso de Palavecino y cambiando el esquema a 4-3-2-1. Rondón, quien también estaba haciendo un buen partido, quedaría como única punta y teniendo que jugar más de espaldas al arco.
Luego del penal, el 0-3 y la expulsión en contra, Dabove se vio obligado a arreglar el esquema, mandando otro defensor a la cancha y además sacando a Cóccaro y Gudiño por Cordero y Luján. Esto hacía que Huracán ahora sea un 4-4-1, con dos extremos por afuera para buscar 1vs1 y un nueve que reciba pelotas largas o centros al area. Esto, por el alto rendimiento de River y desmotivación global del equipo local, nunca sucedió.
Ya en el final, Demichelis efectuó varios cambios, buscando regular desgastes del equipo y darle minutos a jugadores como Simón y Suárez. Así, en cancha terminó siendo un 4-3-1-2 con Matías en el mismo rol de mediapunta que Beltrán hacía en el primer tiempo y Paradela cerrándose de izquierda al medio.
Juego a un toque y con transiciones rápidas
Otra vez, nos volvimos a encontrar con el juego asociado que Demichelis busca implantar en el equipo. River manejó todo el partido con transiciones rápidas, jugadas de lado a lado, desmarques constantes y movimiento por todo el campo. Todo, con el timing y los toques necesarios para cansar al rival. Además, por fin, el último pase no fallo. Mereció marcar más goles.
Armani, siempre salvador
Pese a quien le pese, el arquero campeón del mundo volvió a demostrar porque es fundamental en River. Luego de recibir tres goles en Copa, frente a Huracán salvó al equipo en la única llegada contra su arco. Además, aportó un 100% de efectividad en los pases para las salidas del fondo y se lo vio muy seguro en el juego aéreo.
González Pirez y una merecida titularidad
Frente a The Strongest sorprendió su salida. Con el flojo rendimiento de Mammana, y el gran momento del cabezón, sería raro que el ex Estudiantes vuelva a salir del equipo. En el Ducó, recuperó 17 pelotas, ganó el 100% de los juegos aéreos y aportó el 95% de efectividad en pases progresivos.
Aliendro y el brillo del fútbol simple
En el fútbol moderno se cree que una gambeta o un firulete por demás es lo más vistoso, y realmente no hay nada más estético que el fútbol correcto y bien jugado. Aliendro es bandera de esto, sabiendo siempre qué hacer, cómo hacerlo, cuándo hacerlo y dónde hacerlo. Ya no solo mejora a Enzo Pérez, sino que lo hace competir por quien juega mejor.
Nacho Fernández, el emblema de esta idea
El 10 de River está seguramente en su mejor momento en el año, brillando tanto ofensivamente como defensivamente y en un estado físico digno de un juvenil. Pareciera ser quien mejor se acopló al funcionamiento que busca el DT, conduciendo con criterio y dejando compañeros de cara al gol. Encima, parece entenderse cada día mejor con Casco y Beltrán.
Barco, de mayor a menor
Frente a Huracán, parecía que Barco sería la figura estelar de la noche. Se mostraba muy cómodo en su sector y decidiendo bien de frente a la jugada. Sin embargo, de a poco fue perdiendo contacto con la pelota y en el segundo tiempo la entrada de Palavecino lo descolocó en cancha. Así y todo, dejó una gran asistencia y marcó de penal, lo cual le dará más confianza.
Beltrán, compromiso y fútbol
Con solo 45 minutos en cancha, Beltrán siguió demostrando porque no puede ser suplente en este equipo. Jugando muchas veces incómodo, generó siempre peligro en la cercanía del área del Globo y rompió el partido con un gran pase gol a Rondón para que llegue el primer penal. Se terminó retirando con un golpe y, parecer ser, solo una molestia.
Rondón, por fin, se estrenó en la red
Luego de algunas chances falladas en el pasado, el venezolano por fin pudo marcar con la camiseta de River en su onceavo partido en el club. Incluso, dándose el gusto de que sea por duplicado. Se entendió muy bien con Beltrán y fue uno de los mejores del encuentro. Una lástima el penal errado, ya que merecía coronar la noche.
Matías Suárez y una cuotita de fútbol
Como venimos marcando, hay que valorar cada toque que tenga el cordobés con la pelota, puesto que puede ser el último con esta camiseta. Terminó completando unos buenos 22 minutos, mostrándose mucho mejor desde lo físico y asociándose muy bien con Palavecino y Nacho Fernández. Esperemos que pueda tener cada vez más y mejores minutos.