En la historia grande de River hay arqueros que dejaron su nombre marcado a fuego y serán ídolos por la eternidad. El primer gran nombre que se viene a la cabeza es el de Amadeo Carrizo, un héroe que inventó un estilo y pasó décadas vistiendo la camiseta del club de sus amores. Pasaron algunos años y llegó la figura de Ubaldo Matildo Fillol, uno de los mejores arqueros de la historia del fútbol. En la década del 80 dejó su huella Nery Pumpido, en los 90 Germán Burgos y más acá en el tiempo hizo lo propio Marcelo Barovero.
Pero en esa lista de ídolos riverplatenses hay que incluir a Franco Armani, eso es indiscutible. Llegó a cumplir su sueño de pibe, que era defender el arco más grande del mundo, en el 2018 y en sus primeras presentaciones ya dejó en claro que iba a hacer historia: fue héroe en la final de Mendoza contra Boca, también fue muy importante en aquella Copa Libertadores soñada. Atajadas imposibles ante Racing, Independiente, Gremio y Boca, en un camino para nada sencillo hasta alcanzar la gloria eterna.
Armani, y todo el mundo River, tocó el cielo con las manos en Madrid, pero en la mentalidad ganadora del Pulpo nunca estuvo en su mente relajarse y en los años siguientes siguió siendo determinante. Atajadas impresionantes, capitanía, liderazgo silencioso desde el ejemplo y, lógicamente, errores que se sienten y así fue, es y será siempre para los arqueros. Una falla en un arquero se nota diez veces más que en un delantero.
El 2023 comenzó con Martín Demichelis como entrenador y con Armani flamante campeón del mundo con la Selección Argentina. El nuevo entrenador lo ratificó como titular y lo elogió en reiteradas oportunidades. Es cierto que este 2023 está siendo el más irregular del Pulpo, que cometió algunos errores importantes que se vieron reflejados en el marcador y que algunas falencias históricas -con un defensa endeble que no lo ayuda- quedaron más expuestos, pero la contracara es que sigue teniendo esas atajadas imposibles que levantan al hincha de la butaca para aplaudirlo.
Pensar que el ciclo de Franco Armani en River está terminado es una falta total de respeto a un héroe que sigue vigente. Creer que se tiene que ir por unos meses de irregularidad es no entender que el post-Armani apresurado puede ser peligroso para un equipo que necesita un arquero de jerarquía -como lo es el Pulpo- para pelear por la Copa Libertadores de 2024.
Armani debe mejorar en algunos aspectos, como por ejemplo las salidas en las pelotas paradas o no quedarse tan metido dentro del arco en algunas juagadas y, no caben dudas que él mismo sabe que tiene que corregirlo y debe trabajar a diario para hacerlo, su mentalidad es la de un ganador, la de un tipo que le puso el pecho a las balas -casi literalmente en varias oportunidades- en los partidos complicados.
Armani no te deja tirado y por todas esas razones debe seguir siendo el arquero de River hasta que él decida, porque se ganó ese privilegio con tantas atajadas heroicas en momentos importantes de la historia del club. Claro está que el hincha tiene derecho a manifestarse de la manera que quiera y puede considerar que su ciclo está terminado, aunque también están los que opinan lo contrario.
Opiniones divididas por el Pulpo
Muchas veces se comete el error de tomar a las redes sociales -sobre todo a Twitter- como la gran verdad de lo que piensan los hinchas y hay que entender que el mundo es mucho más amplio que esa red social. Es cierto que hay hinchas, que no son pocos, que entienden que Armani ya cumplió un ciclo en River y que debe salir ahora mismo. Otros son algo más medidos y piden que para 2024 sea reemplazado el Pulpo y desean que se vaya ovacionado por el Monumental en el último partido de 2023. Po otro lado, son muchísimos los que consideran que Armani debe seguir en el club.