Ojalá me equivoque porque es el deseo de todos y de siempre, pero así como está hoy, con este plantel, River no es candidato a ganar la Copa Libertadores. Seguro que estará en la pelea de los torneos locales porque para el devaluado fútbol argentino le alcanza aunque no juegue bien.

La demostración más cercana de que eso es posible está en lo que ocurrió en el segundo semestre del 2023. Sin embargo, lo que no se entiende es el conformismo del cuerpo técnico y la dirigencia para aspirar a tener un plantel más completo y ambicioso.

River hizo una depuración necesaria. Había una acumulación de nombres que, sin ser desagradecidos, ya habían cumplido su ciclo en el club: Matías Suárez, Jonatan Maidana y Bruno Zuculini. Cortó a Emanuel Mammana, uno de los que volvió y no funcionó, y no les hizo lugar a ninguno de los que estaban a préstamo en otros clubes (Batalla, Robert Rojas, Paradela, Ferreira y siguen las firmas). Hasta ahí, perfecto. Pero hay tres salidas que no se pueden pasar por alto: Enzo Pérez, Salomón Rondón y Nicolás De La Cruz.

Los puestos en los que River aún no se reforzó

El adiós de Enzo Pérez, sin poner en la balanza todo lo que significa afuera de la cancha, se había previsto futbolísticamente con el regreso de Kranevitter y la compra anticipada de Fonseca. ¿Resultado? La CD está negociando contrarreloj para pagar una fortuna por el volante central de Talleres de Córdoba… ¿Será realmente Rodrigo Villagra la solución?

Rondón plantó bandera y se fue solito. El venezolano y Borja no lograron ganarse el puesto que era de Beltrán. Y a pesar de esa falencia, River eligió quedarse solo con el colombiano, que si se resfría tendrá que ser reemplazado por un juvenil, Agustín Ruberto, que aún no debutó oficialmente en Primera.

Ruberto es una gran promesa, con mucho futuro, pero una incógnita aún como para ser el 9 suplente. (Foto: Prensa River)

Ruberto es una gran promesa, con mucho futuro, pero una incógnita aún como para ser el 9 suplente. (Foto: Prensa River)

Y el caso de De La Cruz es tal vez el más llamativo. Sin dudas, la figura del equipo en el último año. O sea, River perdió a su mejor jugador y no lo reemplaza. ¿Aplica acá el “No-hay-plata” de Milei? Según el balance, sobra. Y eso que ahí todavía no se contabilizaban las ventas justamente del uruguayo y del Diablito Echeverry.

Es verdad, ya se habían incorporado Lanzini y el Pity Martínez sabiendo que el uruguayo se iría más temprano que tarde, pero lo que vimos de ellos dos en el 2023 no fue para ilusionarse y quedarse tranquilos. Y encima ahora hay que sumarles las lesiones que dejarán a Manu afuera del arranque del año y al Pity, hasta que vuelva la primavera.

River y la falta de un lateral derecho confiable

En la búsqueda de potenciar al plantel también se podría poner la necesidad de potenciar la defensa, más específicamente el lateral derecho. Extrañamente Demichelis y Francescoli dijeron que estaban bien ahí cuando fue un puesto sin dueño a lo largo del 2023. Como mínimo, llaman la atención esas declaraciones.

Ojalá en las próximas horas se cierren algunos refuerzos importantes que potencien al plantel y generen más expectativa en los hinchas. Lástima que no se los buscó antes para que trabajaran con sus compañeros durante la pretemporada y ya se fueran conociendo y adaptando a River. No hay que confiarse. Ya sabemos que arreglar incorporaciones para siguientes fases de la Libertadores no sirve si después River no logra clasificarse hasta esa instancia…

¿River necesita reforzarse?

¿River necesita reforzarse?

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