Acá está River, el campeón de América. El título local de Racing no pudo hacerle ni sombra a esta versión voraz e implacable del Más Grande. La actuación de esta noche se ganó un lugar en la historia. El 6-1 en Avellaneda fue una auténtica muestra de cómo jugar al fútbol, de qué forma definir y cuánta decisión hay que tener a la hora de la recuperación de la pelota.

 

Pese a que comenzó abajo en el marcador por la ley del ex a través de Augusto Solari, River no se derrumbó anímicamente ni nada por el estilo. Al contrario, sostuvo su convicción inicial, tuvo paciencia para la elaboración y se llevó puesto a un Racing que prefirió replegarse. Cada pase venía acompañado de movimientos al servicio de la recepción. Era cuestión de tiempo que llegara la igualdad.

Lo que nadie esperaba era que River directamente hiciera tres goles en un lapso de 150 segundos. Tres disparos y tres goles. Primero Rafael Borré definió mano a mano luego de ser asistido por un Exequiel Palacios al que Racing también le sienta bien como rival. Aunque no tanto como al colombiano, quien enseguida resolvió con el arco vacío después de una asistencia del imparable Matías Suárez. Luego el cordobés tuvo su premio al ser abastecido por Nicolás De La Cruz.

River se fue 3-1 al descanso y con la sensación de que podía hacer varios goles más. Así ocurrió porque La Academia siguió facilitando la tarea: Leonardo Sigali fue expulsado por una falta tremenda sobre Suárez. Ignacio Fernández cambió un penal por gol y los cambios aportaron lo suyo: Lucas Pratto asistió a De La Cruz en el quinto, mientras que el propio uruguayo envió el centro para que Ignacio Scocco sellara el 6-1 definitivo en su regreso al primer equipo tras cinco meses clavados.

 

Marcelo Gallardo dio otra clase brillante de táctica y estrategia. River desarmó al campeón del fútbol argentino. Y esto merece ser resaltado porque si bien el campeón de América es el Millonario, es poco frecuente que haya cinco tantos de distancia entre dos equipos de semejante magnitud. Pero este equipo posee una enorme capacidad para jugar los partidos grandes. Se alimenta de desafíos. Y una prueba sirve como ejemplo: lleva 14 encuentros oficiales sin perder contra los demás clubes importantes del ámbito doméstico.

¿Cómo se explica el 6-1 en el Cilindro? Por varios factores: desde la contundencia de River para hacer seis goles con 16 remates hasta la ambición para seguir buscando sin menospreciar a un rival golpeado, pasando por la agresividad en la recuperación, la lucidez para generar los espacios -las bandas fueron una autopista- y el movimiento constante quitándole referencias a la defensa local. Así se construyó una goleada histórica para llegar de la mejor manera posible a la serie de los cuartos de final de la Copa Libertadores ante Cerro Porteño.