(Mar del Plata – Enviado especial) El Más Grande triunfó con autoridad sobre su eterno rival. Pese a la sorpresiva ausencia de Alario, fue superior, exhibió una fuerte tarea colectiva y se impuso 2-0 ante Boca.

Al partido le sobraron los últimos veintitrés minutos. Sirvieron nada menos que para los hinchas gozaran al equipo que no jugará la Copa Libertadores, tratándolo paradójicamente como a un cuatro de copas. La diferencia se construyó poco a poco hasta que River logró reflejarla en el marcador para dejar noqueado a su adversario y ponerlo en ridículo. Una alegría para disfrutar toda la noche.

¿Por qué ganó River? Para empezar, entendió cómo afrontar el partido, sin regalar absolutamente nada, pese a la ausencia de Lucas Alario por un traumatismo en la parte externa de la tibia izquierda. Eligió bien cada movimiento. No brilló, es cierto, pero manejó la pelota con criterio, sin apresurarse ni entretenerla monótonamente. Cuando pudo trasladarla por abajo, lo hizo; cuando era un riesgo, evitó riesgos y buscó en largo. Inteligencia al servicio de los momentos.

Existió la posibilidad de concluir la noche en penales porque la etapa inicial fue extremadamente pareja, luchada en cada sector, con llegadas a cuentagotas. En ese contexto, Augusto Batalla respondió frente a la exigencia, mientras que el 4-4-2 diseñado por Marcelo Gallardo tuvo éxito en materia de profundidad por las bandas y, al mismo tiempo, reforzar en bloque todos los rincones del campo en la recuperación de la pelota.

River no sólo se adaptó a la falta del Pipa, sino también a la pronta lesión de Luis Olivera. El Muñeco, en vez de mandar a la izquierda a Jorge Moreira, optó por confiar en Gonzalo Montiel como lateral. Acertó. Evitó improvisar en dos zonas para hacerlo en una. Por los costados, Camilo Mayada y Gonzalo Martínez supieron ser punzantes en ataque y solidarios en el retroceso, como le gusta a Napoleón, como requiere un equipo copero.

Sin embargo, al funcionamiento aceitado le restaba hallar la ventaja. Una mano rival permitió que Sebastián Driussi, a los 17 minutos del segundo tiempo, cambiara penal por gol. Siete después, en un tiro de esquina ganado gracias a la incansable exigencia de Rodrigo Mora, el mejor del partido, Arturo Mina se impuso en lo alto para cabecear un centro del Pity. Así, el Millonario aprovechó la ventaja, manejó el balón con criterio, desesperó a Boca y le ganó 2-0, como si se tratara de una serie copera. ¡Vamos, campeón!

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+ GALERÍA: las imágenes del superclásico en Mar del Plata

af

+ JUGADOR X JUGADOR: el puntaje de cada jugador de River en el clásico

+ RIVER 2 – 0 BOCA: los goles del triunfo

+ MORA: “Cada vez que Gallardo me ponga, voy a dejar todo”.

+ MINA: “La victoria es importante para lo que queremos”

+ MAIDANA: “Volvimos a levantar el nivel ante un clásico rival”

+ OLIVERA: el lateral salió por un golpe