La carrera de Lucas Pratto es sumamente curiosa y poco convencional, comenzó en las Inferiores de Defensores de Cambaceres, luego pasó a Boca, club en el que no tuvo oportunidades y se fue a Tigre. En el conjunto de Victoria apenas jugó un puñado de partidos, su destino estuvo en el FC Lyn Oslo de Noruega, en 2009 regresó a Argentinos y apenas disputó dos partidos con la camiseta de Boca y no convirtió goles. Su destino estuvo en Santa Fe para defender la camiseta de Unión, más tarde pasó a la Universidad Católica de Chile, en 2011 se fue al Genoa de Italia y seis meses más tarde llegó a Vélez, club en el que brilló. Tras su paso por el Fortín fue transferido a Atlético Mineiro donde también tuvo un gran rendimiento que lo llevó al San Pablo.

Pratto

El Oso se va en condición de libre de River, pero dejará un recuerdo eterno en los hinchas. (Foto: Getty).

A comienzos de 2018 River concretó la compra más cara de su historia, le compró por 14 millones de euros a Lucas Pratto a San Pablo. El Oso era el deseo de Gallardo desde hacía varios mercados de pases y la dirigencia rompió el chanchito por un delantero de jerarquía que ya estaba probado a nivel continental y también por entonces había sido convocado a la Selección Argentina. Haber llegado con la carga de ser la compra más cara de la historia del club no fue sencillo y más en los primeros partidos en los que los hinchas le exigían goles en todos los partidos. Su primer semestre fue –como suele suceder con varios jugadores- de adaptación tanto al mundo River como a lo que Gallardo pretendía de él.

La segunda mitad del año tuvo como objetivo principal la Copa Libertadores: el equipo de Marcelo Gallardo había ganado su grupo –que había compartido con Flamengo, Emelec e Independiente Santa Fe- y debía enfrentar a Racing por los octavos de final. La ida fue en Avellaneda y terminó 0 a 0, la revancha fue en un Monumental a reventar y que estalló con el gol del Oso que rompió el cero, luego Palacios y Borré sellaron la goleada. En cuartos llegó el turno de enfrentar a Independiente y los de Gallardo se impusieron por 3 a 1 en el resultado global. La semifinal fue para el infarto ante Gremio: 1 a 0 abajo en Núñez en la ida y 2 a 1 a favor en porto Alegre de la mano de Borré y el Pity.

Pratto en Porto Alegre

El Oso celebra en Porto Alegre la victoria ante Gremio, era el pase a la final. (Foto: Getty).

La final fue la más esperada de la historia: River y Boca se verían las caras por primera vez para definir una Copa Libertadores, uno de los dos celebraría en la cara del eterno rival y ante los ojos del mundo. En la ida –que se jugó en la Bombonera- el marcador lo abrió Ramón Ábila pero fue sacar del medio y que Lucas Pratto convierta el empate parcial con una definición antológica. Luego Benedetto estableció el 2 a 1 para el local pero Carlos Izquierdoz –apurado por Pratto- en contra estableció el 2 a 2 definitivo.

La revancha debió jugarse en el Monumental, pero incidentes graves hicieron que se mude al mítico Estadio Santiago Bernabéu. Nuevamente el eterno rival se puso en ventaja en el marcador, fue mediante Darío Benedetto. Pero la historia grande Pratto en River no se había terminado de escribir ya que en el segundo tiempo y tras una gran asistencia de Ignacio Fernández definió de gran manera para igualar el partido y llevarlo al tiempo extra. En el suplementario Juanfer frotó la lámpara y con un golazo puso el 2 a 1, el Pity y otro de sus locuras establecieron el 3 a 1 definitivo. River fue campeón de la Copa Libertadores ante Boca y Lucas Pratto fue determinante para que eso suceda: el pase más barato de la historia de River.

En 2019 el Oso tuvo un buen primer semestre, de hecho fue autor de uno de los goles para obtener la Recopa Sudamericana ante Atlético Paranaense. Pero para el segundo semestre perdió un poco de terreno ante la consolidación de la dupla ofensiva conformada por Rafael Santos Borré y Matías Suárez. Igualmente Marcelo Gallardo siempre lo tuvo en consideración y el Oso sumó minutos. En 2020 la situación fue similar y el parate por la pandemia hizo que durante varios meses no haya competencias. En septiembre de ese año regresó la actividad y Julián Álvarez comenzó con el pie derecho, por ende Pratto pasó a ser el cuarto delantero en la consideración.

Ante la falta de oportunidades, pero con la etapa final de la Copa Diego Maradona y la Copa Libertadores, el Oso recibió una oferta para irse a préstamo al Feyenoord de los Países Bajos y el delantero aceptó. Hay que destacar que Marcelo Gallardo le daba minutos por entonces y si bien no era titular, jugó en partidos importantes y de hecho se perfilaba para ser titular contra Boca por la Copa Diego Maradona. Pero la ilusión del atacante era volver a Europa y así lo hizo.

Pratto Bomboenera

La imagen perfecta: Pratto lo celebra, Izquierdoz no entiende qué pasó, Rossi se lamenta y la platea se quedó petrificada. (Foto: Getty).

Desafortunadamente su paso por Feyenoord estuvo marcado por la falta de minutos, apenas jugó ocho partidos y no convirtió goles, pero lo más terrible de su ciclo en el elenco de Róterdam fue una grave lesión en su tobillo derecho que lo alejó de las canchas por varios meses. Pratto regresó a Argentina para recuperarse de la mejor manera pero su ciclo en River ya es pasado, el atacante se fue en condición de libre y todavía resta saber en qué equipo jugará. Sus números en River fueron: 109 partidos jugados, 26 goles y cuatro títulos, la Supercopa Argentina 2017, la Copa Libertadores 2018, la Recopa Sudamericana 2019 y la Copa Argentina del mismo año.