River comienza una nueva pretemporada bajo las órdenes de Marcelo Gallardo que lleva siete años ininterrumpidos en el club. A lo largo de este tiempo las preparaciones se realizaron en diversos lugares, pero uno de ellos fue Orlando, donde estuvo a mediados de 2016 y 2018 –para escapar del frío de Buenos Aires- y también fue el lugar elegido para hacer la de mitad de 2021. El plantel viajó a la ciudad ubicada en el Estado de Florida el pasado viernes por la noche, arribó a suelo estadounidense el sábado 19 de junio por la mañana y permanecerá allí hasta el 5 de julio. Se hospedará en el complejo que tiene ESPN, el cual cuenta con varias canchas de entrenamiento de alto nivel. El plantel se manejará como una burbuja sanitaria, es decir que se moverá del hotel al entrenamiento y nada más, no habrá salidas recreativas.

El Más Grande ya conoce el moderno complejo, en su última estadía allí disputó un encuentro ante el Deportivo Saprissa de Costa Rica, el marcador terminó 1 a 0 a favor del Más Grande, el autor del tanto fue Ignacio Fernández. Pero lo más destacado de aquella jornada fue la intensidad con la que Marcelo Gallardo se refirió a sus jugadores cuando pararon a tomar agua. El Muñeco no estaba conforme con el poco esfuerzo realizado por sus jugadores y consideró que pese al resultado tenía que exigirles más, porque así considera que debe ser la preparación.

¿Qué les dijo el Muñeco a sus jugadores?

“Es como un entrenamiento, un partido oficial de pretemporada, pero reiteración de esfuerzos. No doy más, estoy cansado, chau, salgo y mañana vuelvo a trabajar, pasado vuelvo a trabajar. Pero la puesta a punto es esa, si vamos a jugar y hacer poco esfuerzo no sirve de nada. Prefiero entrenar porque después, cuando vayamos a jugar los partidos en serio nos van a pasar por arriba porque acá no hacemos el esfuerzo. Nosotros estamos trabajando para eso, vamos a hacerlo, que nos sirva el partido para hacerlo ahora”.

La intensidad habitual y necesaria

Puede parecer exagerado, pero la realidad es que Marcelo Gallardo tiene un nivel de exigencia tan alto que no entiende de amistosos. Él busca que sus jugadores den el 100% ya sea en los partidos oficiales como en las prácticas y su método vienen funcionando a la perfección. River se convirtió –desde su llegada- en el equipo que marca el pulso del continente, además de jugar bien, la unión del grupo es fundamental y a lo largo de sus 7 años al frente del Más Grande nunca se escuchó una queja de alguno de sus dirigidos. Gallardo potencia a los jugadores y ellos lo saben.