Me acuerdo que una discusión que solía tener con mis amigos de River era cuando yo me quedaba callado al ver que a todos se les dibujaban corazoncitos en los ojos hablando de Mora. "No es que no lo quiera, simplemente no me parece un jugador extraordinario, nada más", tuve que excusarme varias veces como si mi opinión fuera un crimen.

Tuve la suerte de conocer a Mora cara a cara en unas entrevistas para La Página Millonaria. Muchas veces los hinchas solemos enaltecer a los jugadores, como si no fueran personas igual a uno. El uruguayo me demostró en primera persona que lo son. La primera vez que lo traté, ya tenía la Copa Libertadores 2015 en su palmarés, me saludó cordialmente, sonrió, me dio la mano y me preguntó cómo andaba. Suena estúpido y sé que debería ser lo habitual, pero les juro que ese tipo de comportamiento no es tan común como correspondería

(Rodrigo Mora - Enero 2017)
 

Desde aquel día, cada vez que me cruzó por los pasillos del Monumental o en alguna pretemporada, cortó su camino para venir, saludarme personalmente y preguntarme cómo andaba. Otra acción que parece extremadamente normal, pero insisto, no lo es en este tipo de ambiente. Y así es con los hinchas que hacen vigilia para saludarlo, fotografiarse con él o pedirle un autógrafo. Siempre encuentran un sí como respuesta de Rodrigo. Los periodistas que están en el día a día de River no me dejan mentir, éramos afortunados cada vez que nos tocaba entrevistarlo.

Siempre de buen humor, no cassettero y dispuesto a contestar todo lo que venga. No importaba ser suplente, titular, campeón o épocas sin títulos. Morita disfrutaba de hablar de River. Como cuando uno está enamorado y quiere gritarlo, así vi al uruguayo cada vez que le tocó dar una entrevista y hablar del Más Grande.


(Rodrigo Mora agosto 2015: "En River me siento feliz"
 

Lo que logró en una cancha refuta claramente mi opinión destacada en el primer párrafo -nueve títulos con River, contemplando dos Libertadores, y 41 goles vistiendo el Manto Sagrado, varios de ellos fundamentales en la época dorada de Gallardo con La Banda- pero lo que ninguna medalla ni trofeo físico da, es lo que Mora irradia en su vida cotidiana.

No es casualidad que al haber anunciado su retiro las redes sociales explotaron con mensajes de hinchas, compañeros e incluso excompañeros destacando el valor humano del uruguayo. Ganó de todo jugando al fútbol, pero se consagró en la vida siendo como es. El ejemplo Rodrigo Mora.