El presidente del Más Grande se refirió al presente de los últimas incorporaciones del Millonario y los objetivos a futuro. Además, opinó sobre el trabajo de Gallardo como DT y las situaciones de Barovero, Álvarez Balanta y Vangioni.
No será tarea sencilla regresar a Japón para disputar el Mundial de Clubes, pero en Núñez confían que en este 2016 River logre conquistar América por segunda vez consecutiva. A la espera del comienzo de la pretemporada, en Punta del Este, Rodolfo D’Onofrio aseguró que el club se encuentra gestionando las llegadas de los refuerzos que solicitó Marcelo Gallardo.
“Hay que empezar de cero de nuevo. Cuando jugamos la final del Mundial de Clubes, llegamos a lo más alto. Ahora hay que volver a ganarse ese derecho. Creo mucho en Gallardo y en Enzo. Vamos a hacer el esfuerzo por los jugadores que ellos pidieron, que son los que todos conocen. Obviamente, dentro de las posibilidades del fútbol argentino. No puedo traer a Higuaín”, confesó el dirigente, en diálogo exclusivo con Clarín.
“En lo futbolístico, ir de vuelta por los títulos internacionales, queremos la revancha de la final del Mundial de Clubes. No, no necesitamos vender y por eso queremos que no se vaya ninguno más. Lo que no podemos es competir con el mercado del exterior. Pero si vendemos, vamos a comprar. La plata está”, expresó la máxima autoridad del Millonario.
No necesitamos vender y por eso queremos que no se vaya ninguno más
En cuanto a los jugadores cuyos contratos vencen el 30 de junio, el presidente confesó: “Con Barovero hay un muy buen entendimiento; el problema no es económico sino que él debe resolver una cuestión personal. Con Vangioni y con Balanta estamos conversando. Lo que hemos decidido es que el que no renueva no va a la pretemporada. La excepción es Barovero por su tema”.
“Durante un año y medio intentamos que Rojas se quedara. No aceptó. A Sánchez le ofrecimos lo mismo que, según él, le había ofrecido un club mexicano. Acordamos las cifras, nos dimos un abrazo, me dijo que estaba feliz de quedarse por la familia. Hasta que se sumó al seleccionado uruguayo. Cuando regresó a Buenos Aires, había cambiado de idea. Y se fue a México”, explicó D’Onofrio.
Además, opinó sobre el presente de las últimas incorporaciones del Millonario: “Cualquiera sabe que el primer año es difícil para casi todos los futbolistas que llegan al club. No es habitual que se destaquen de movida, como Alario. El caso emblemático, en su época, fue el de Francescoli: él mismo admite que le costó un año la adaptación. Después, la rompió y se hizo ídolo. Gallardo está convencido de que el nivel de los refuerzos va a ir incrementándose en forma paulatina. Yo siempre le pido un año de tolerancia a la platea San Martín”.
Luego, el dirigente del Más Grande analizó el trabajo del Muñeco como entrenador de La Banda: “A él le gustan los desafíos. Te diría que está contento de tener que empezar otra vez de cero. Al arreglar su renovación, tres meses antes de firmar el contrato, Marcelo quiso saber si estábamos dispuestos a ir por más. Le respondí: ‘Quiero un técnico que siempre pretenda ir por más’. Cuando se vaya Gallardo, su sucesor debe jugar del mismo modo. No quiero uno que se cuelgue del travesaño ni que ruegue para acertar un contraataque”.
Cuando se vaya Gallardo, su sucesor debe jugar del mismo modo
“A la fortuna hay que acompañarla con coherencia, con esfuerzo, con laburo, con criterio, con austeridad. Ramón, tras aceptar la rebaja de su contrato, salió campeón. Y, de golpe, se fue. Tuvimos que salir a buscar un técnico de apuro. Si Ramón no se hubiera ido, Gallardo nunca hubiese llegado porque estaba por arreglar con Newell’s”, sostuvo D’Onofrio.
Finalmente, el presidente del Millonario manifestó su emoción por la participación del club en el Mundial de Clubes: “Lo más lindo es que no son sólo hinchas de River los que me felicitan. También lo hacen de otros equipos, hasta de Boca. Este presente de River trascendió a su parcialidad. A River se lo respeta otra vez. Si alguien escribe un libro con las historias de los hinchas que viajaron a Japón, a más de uno se le van a caer las lágrimas. El banderazo en Osaka fue increíble. Por eso quisimos que el micro del plantel pasara por ahí. Para que los jugadores sintieran el cariño de la gente y viceversa. La comunión fue fantástica. Pareció que el hincha decía: ‘Acá estamos, volvimos, esto es River'”.
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