El Superclásico siempre es el partido más importante del semestre a nivel local, exceptuando claro está una hipotética final del Torneo Apertura 2025. Aunque el objetivo de River sea la Copa Libertadores, ganarle a Boca siempre es deseo y obligación. Por eso, el Millonario se juega mucho este domingo en el Monumental.
Ya clasificado a los octavos de final del torneo, desde lo numérico los tres puntos no significarán más que a lo sumo mejorar la posición en la tabla. Sin embargo, una victoria no solo implica un gran envión de confianza para lo que viene y darle un nuevo golpazo al rival de toda la vida, que este año no juega competencias internacionales.

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Será un partido bisagra en el humor de la gente, que como siempre copará el Monumental y le dará al equipo un recibimiento impresionante y aliento incondicional durante los 90 minutos. Pero que a la vez, necesita que este plantel le devuelva el voto de confianza con un resultado. Porque River está en deuda con su hinchada, y qué mejor que un Superclásico para empezar a saldar cuentas.
Los jugadores que en el Superclásico se juegan su, ¿última chance?
En ese sentido, hay varios futbolistas que deben dar una muestra de carácter. Que le deben a la camiseta, al hincha, a Marcelo Gallardo y a ellos mismos (porque no por nada juegan en el Más Grande) una actuación a la altura. Jugadores irregulares y que no terminan de arrancar. O bien, que flaquearon en momentos claves o no pudieron cumplir las expectativas.

Acuña y Colidio, ante una inmejorable oportunidad.
Empezando por la probable formación titular, el primero que debe convalidar su jerarquía y trayectoria es Marcos Acuña. Campeón del mundo, el Huevo no está en la mira de la gente, pero sí está claro que todavía no alcanzó su mejor versión. Es de esos futbolistas que se agrandan en los partidos pesados, y por eso esta puede ser su oportunidad.
Situación similar para Facundo Colidio. Uno que juega siempre, y que se nota que tiene calidad, pero que siempre promete más de lo que cumple. Que todavía se debe ser determinante en un partido importante. Que es hincha del club, pero que aún con sus destellos de crack y sus pintorescos goles no termina de meterse a la gente en el bolsillo. De hecho, es levemente mirado de reojo, sobre todo después del penal errado en la Supercopa Internacional. Es que no alcanzan destellos.

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Pero casos más significativos de redención o crucifixión son por ejemplo Santiago Simón, Maxi Meza, Manuel Lanzini, Nacho Fernández y Miguel Borja.

Simón necesita un partido consagratorio (Foto: Diego Haliasz / LPM).
Simón, un chico del club pero que con ya varios años en Primera no termina de explotar. Que tuvo una grata aparición y supo ser debilidad de Gallardo, pero que a veces juega con una displicencia que enoja. Los hinchas lo murmuran en el Monumental, pero un Superclásico como el que jugó en 2021 podría revitalizarlo. Meza, otro de los que no sale casi nunca aunque tampoco haga méritos para quedarse en el 11, y que también agotó la paciencia por su intrascendencia.
Diferentes los casos de Lanzini y Nacho. Tenían todo para ser ídolos, Manu porque dejó un gran recuerdo antes de ser vendido a Europa y volvió joven y vigente; Fernández porque fue uno de los pilares del exitoso primer ciclo de Gallardo y hasta llegó a ser de los mejores jugadores de Sudamérica. Pero desde sus regresos, el nivel de ambos es realmente muy malo. El zurdo, con algunos buenos partidos, y el ex West Ham con el aliciente de haberle convertido a Boca en el último Superclásico. Sin embargo, son los más resistidos y seguramente estén, al menos de cara a la gente, ante su última oportunidad.

Lanzini, jugador de Superclásicos, ¿podrá revertir su imagen ante los hinchas?
Por último, Borja produce una montaña rusa de sensaciones. Puede ser ese goleador letal que transforma en gol todo lo que toca, o puede ser ese futbolista que pierde pelotas, decide mal, erra goles hechos, se pelea con rivales y compañeros, y que irrita a la hinchada con sus propias reacciones ante el fastidio o la baja confianza.