La historia de River y la Copa Libertadores fue esquiva durante muchos años y tal vez por eso ya desde décadas atrás se transformó en una obsesión para todos: jugadores, técnicos, hinchas y dirigentes. Dos finales perdidas (en 1966 y 1976) hicieron que la espera para conquistarla por primera vez se extendiera hasta 1986, cuando aquel equipo conducido por el Bambino Veira derrotó a América de Cali en Colombia y en el Monumental para dar vuelta la historia. Diez años más tarde, con Francescoli en la cancha y Ramón Díaz en el banco, llegó la segunda.

La final cada diez años se repetía. Pero esa racha también se cortó y la espera se extendió hasta 2015, ya con Marcelo Gallardo en el banco. El Muñeco conoció la gloria en el 96, casi como un juvenil, pero más se acostumbró a las desilusiones, a ver cómo equipos que estaban para llegar lejos se quedaban en el camino. En cada una de sus etapas como jugador protagonizó esas frustraciones y seguramente de esas malas experiencias le sirvieron para preparar la fórmula que aplicaría como entrenador.

El fixture de River en el Grupo D para esta nueva edición de la Copa.

El Muñeco cambió la historia de River en general y con la Libertadores en particular. Esa Copa tantas veces esquiva tuvo al equipo de Gallardo en semifinales en cinco de las últimas seis ediciones. Y en dos terminó como campeón, con el agregado perfecto de que la final del 2018 se la ganó a Boca y consiguió la verdadera gloria eterna.

Esta tarde, en el mítico Maracaná, River comenzará el camino de una nueva edición de la Copa Libertadores y es imposible no ilusionarse. Es cierto que se fueron Nacho Fernández, Martínez Quarta, Quintero, Scocco y Pratto, y que el plantel ahora cuenta con más juveniles. Pero la presencia de Gallardo en el banco siempre invita a creer. Muchas veces ya hubo quienes promocionaron el fin de ciclo y no fue más que una nueva reinvención del Muñeco y su equipo.

Esta vez habrá varios jugadores que conocerán lo que es jugar la Copa con la camiseta de River. Pero también tendrán el sustento de un Enzo Pérez que siempre quiere más, que se sigue quedando en Núñez para volver a besar ese trofeo. De un Jonatan Maidana que levantó la mano y pidió volver después de haberse ido tras la conquista en el Bernabéu porque quiere volver a sentir esa alegría. O de un Leonardo Ponzio que sueña con su tercera Libertadores en su última participación, antes del último adiós.

Miren si no hay razones para creer. Para ilusionarse. Para soñar. Para que esa obsesión llamada Copa Libertadores vuelva a elevarse en las manos de nuestros héroes.

La imagen perfecta. La Copa más deseada de la historia. Maidana, Gallardo y Ponzio levantan la Copa 2018 en Madrid (Foto: Prensa River).