La Copa Libertadores siempre presenta obstáculos y dificultades inesperadas para River. Ningún rival es accesible de antemano. Cada partido implica una lucha repleta de variables. Cuando no se trata de cuestiones geográficas o plazas complicadas, aparece un arbitraje nocivo como el de esta noche, capaz de no cobrar dos penales claros en favor del Millonario. Entre esas equivocaciones y la falta de puntería se puede explicar el empate 0-0 contra Palestino, por la segunda fecha correspondiente al Grupo A.

River, sin brillar, reunió méritos para quedarse con las tres unidades en un estadio Monumental que por primera vez en su historia no tuvo público con el dueño de casa como local. Tampoco contó con Marcelo Gallardo en el banco de suplentes. El Muñeco diseñó un 4-2-3-1 sorpresivo, con Rafael Borré como único punta, delante de una línea conformada de derecha a izquierda por Juan Fernando Quintero, Ignacio Fernández y Lucas Pratto. Sin embargo, ninguno de ellos pudo vulnerar la resistencia del seguro arquero Ignacio González.

Además de la buena actuación del número 1 visitante, River careció de precisión en el último toque. Borré, con apenas un disparo contenido y otro bloqueado por el marcador central Luis Del Pino, prolongó su sequía a 526 minutos. Pratto remató desviado en dos ocasiones, Quintero encontró las manos de González tanto en un tiro libre esquinado como en un córner cerrado. Pero el más torcido con la mira fue Nacho Fernández, responsable de haber desperdiciado dos chances claras: un derechazo elevado y una definición sin suficiente fuerza, entre otras posibilidades.

A los problemas mencionados en la resolución, se les sumaron dos penales no sancionados por el árbitro venezolano Alexis Herrera. Ambos ocurrieron en el segundo timpo: primero fue una mano del argentino Agustín Farías cuando Nacho Fernández estaba por entrar al área. El juez de 29 años entendió que la infracción sucedió afuera. Más tarde no cobró una falta del arquero visitante sobre el ingresado Matías Suárez. Desde luego que no es una excusa, pero cualquiera de esas dos acciones hubiera incrementado las chances de obtener el triunfo.

Franco Armani, muy bien en dos intervenciones, tuvo poco trabajo. River pasó pocos sobresaltos. Mostró firmeza atrás y velocidad para el retroceso en los contragolpes. Manejó el balón durante la mayor parte de la noche, aunque no le alcanzó para vencer a Palestino en Núñez. Dejó pasar la oportunidad de darle valor al punto conseguido sobre la hora ante Alianza Lima. Quedó a cuatro unidades de Internacional de Porto Alegre, líder y próximo rival el miércoles 3 de abril, en Brasil.