La decisión de River causó una grieta muy clara en el fútbol argentino tras ausentarse del partido que debía disputar el sábado pasado ante Atlético Tucumán, por la primera fecha de la Copa Superliga. Semejante postura unilateral luego del intento frustrado de Leonardo Ponzio por frenar la actividad para prevenir un posible contagio de coronavirus provocó un cruce político entre Rodolfo D’Onofrio y Marcelo Tinelli, quienes fueron impulsores principales de la Superliga hace cuatro años.
Aliados en la época donde buscaron vencer en las elecciones del famoso 38-38 a Luis Segura y posteriormente a Claudio Tapia, esta vez los presidentes de River y San Lorenzo quedaron en veredas diametralmente opuestas. La medida adoptada por el clubde Núñez en la noche del viernes tuvo respuesta inmediata del nuevo titular de la Superliga a través de un comunicado de prensa contundente en relación a la sanción por no presentar el equipo.
El asunto tuvo un segundo capítulo cuando la protesta se consumó al no permitir el ingreso de Atlético Tucumán al estadio Monumental, hecho que fue constatado por una escribana enviada por Tinelli. Inmediatamente, el ente que rige la Primera División del fútbol argentino informó la existencia de un acta que dio fe de la acción de River.
Sin declaraciones mediáticas de por medio, D’Onofrio y Tinelli directamente hablaron cara a cara en las últimas horas del lunes. El reencuentro fue para limar asperezas, brindar argumentos sobre la posición de cada uno y bajarle los decibeles a un distanciamiento que no suma para nada en un momento delicado para el país.
Ahora resta ver si D’Onofrio estará presente este miércoles en la reunión que la AFA llevará a cabo para tratar diferentes asuntos, entre ellos la conformación de una lista única para Chiqui Tapia sea reelecto por cinco años más. Ese cónclave servirá para rearmar el Comité Ejecutivo, compuesto por doble de vicepresidencias -de tres a seis-, incluyendo una reservada para River, dueño histórico de ese lugar.