Todo parece simple, todo parece fácil, todo parece sencillo. La zurda de Juan Fernando Quintero fabrica, inventa, crea, produce. Ese botín izquierdo prodigioso volvió a dar un show, esta vez en el Estadio Sausalito de Chile en el amistoso que River le ganó por 4-3 a Colo Colo. En medio del frenetismo y la locura que generaron los goles continúuos, tanto del equipo local como del visitante, el 10 aportó la lucidez y mente fría necesaria para dejar marcado su sello.

En el 1-0, partiendo desde la posición de enganche, un pase precioso para Miguel Borja, que no quiso ser menos y se llevó también los flashes en una definición con mucha categoría. Un rato después, otro pase preciso, esta vez para Solari, desde la derecha para que el Pibe defina de emboquillada por encima del arquero.

Ya en el segundo tiempo, cuando River estaba abajo en el marcador, de nuevo le cedió la gentileza a Solari, ya dentro del área. El primer pase llegó a destino pero no coronó por la floja definición del ex Colo Colo y el segundo, contrario a lo que dice la frase, fue el vencido. La frutilla del postre fue en el cuarto tanto, que si bien no fue una asistencia porque fue el antepenúltimo jugador en tocar la pelota, la jugada nació en una conducción, enganche y pase hacia la derecha para Solari.

Si ya había efusividad en las redes, la performance de Juanfer esta noche con las tres asistencias terminó de desatar la locura y los incontables pedidos de los hinchas a la dirigencia para que el colombiano siga por lo menos un año más: la predisposición del jugador está y los dirigentes de River deberán terminar de convencerlo con la propuesta económica que seguramente se le haga en breve.