Cuando River perdió 5-0 el Superclásico de verano en Mendoza, hace más de cinco años, Marcelo Gallardo le ratificó la confianza al equipo titular para afrontar la Recopaante San Lorenzo. Los jugadores, campeones de la Sudamericana dos meses atrás, estuvieron a la altura de las circunstancias y ganaron el título con dos triunfos 1-0. La siguiente situación dura fue otro duelo contra Boca: el Millonario cayó 4-2 en el estadio Monumental, pero luego obtuvo la Copa Argentina en el inolvidable 4-3 ante Rosario Central. Otro episodio parecido se dio cuando Lanús dejó al Más Grande sin jugar la final de la Libertadores: al mes y medio, llegó una nueva Copa Argentina. Después el panorama fue diferente: el eterno rival apareció como meta para levantarse en el año 2018, tras un inicio preocupante. El conjunto de Núñez ganó la Supercopa Argentina y de ahí en más no se detuvo. Y otro antecedente más reciente es el trofeo local conseguido en diciembre pasado, poco tiempo después de perder la final de la Libertadores frente a Flamengo.

Ahora la coyuntura es completamente distinta: River no tiene un desafío inmediato. Aunque en este semestre deberá disputar la Supercopa Argentina contra Racing, el duelo crucial no tiene día, horario ni sede. De hecho, se perfila para ser a fines de mayo o principios de junio. Entonces, el Muñeco y sus dirigidos tendrán que recuperarse anímicamente sin un objetivo que alimente el entusiasmo en los días posteriores a que se les escapara el título de la Superliga. Es un desafío nuevo para el DT, quien es consciente de que será complicado salir a flote en medio de dolor inevitable por todo el esfuerzo realizado desde que empezó 2020.

“Es verdad, no tenemos un desafío cercano que nos estimule para ver cómo salimos rápido de esta desilusión de no haber podido ganar el campeonato. Va a ser un desafío nuevo. De por sí, volver a jugar el miércoles en un contexto extraño, sin público, me parece que va a ser una buena medida para saber cómo respondemos”, le respondió Gallardo a La Página Millonaria, en conferencia de prensa, tras el empate 1-1 ante Atlético Tucumán. Comprometido con el reto que se viene, el DT amplió el testimonio: “La Copa Libertadores claramente va a ser difícil para nosotros. Ya arrancó difícil y tal vez tiene que ser un estímulo ver si podemos convertir ese contexto difícil en un estímulo para recuperar puntos y posicionamos en el grupo”.

¿Podrá quedar atrás rápidamente el golpe sufrido? “Va a ser fundamental recuperarse en las primeras semanas. El dolor no se va a pasar mañana. Tal vez lo padezcamos varios días y juguemos el miércoles con el dolor de no conseguir el torneo, pero son cosas normales. No se borra de un día para otro. Hay momentos por los que hay que pasar y digerir. Hay que masticar toda esa bronca y ver si poco a poco vamos cerrando la cicatriz”, manifestó el entrenador, quien continúa con la espina clavada de no haber ganado el torneo local pese a que en esta ocasión estuvo más cerca que nunca.