Marcelo Gallardo le dio una nueva alegría a los hinchas de River con otro triunfo sobre Boca en el superclásico de este domingo en el Monumental. El Muñeco tuvo una tarde muy especial por su reencuentro con los hinchas, la corbata en homenaje a Ángel Labruna y un partido que vivió intensamente: así fueron los alocados festejos de los goles de Julián Álvarez. 

El ídolo riverplatense recibió nuevamente la ovación del estadio tras 582 días y tuvo un gesto pensado para la gente. "En la semana del Hincha de River necesitaba agradecerles a los hinchas por todo el cariño que me tienen, lo hice para la familia de Labruna también, fue una de la manera de retribuir tanto cariño que me dan", manifestó el DT en conferencia de prensa. 

Antes del pitido inicial también recibió la arenga de Enzo Pérez y el sorpesivo saludo de un rival como Edwin Cardona. La emoción del comienzo se trasladó a la tensión propia del partido, donde el Muñeco estuvo muy metido. Fue el primero en pedir la segunda amarilla a Marcos Rojo a los 15 minutos que cambió el trámite del encuentro. 

Pocos minutos después llegó la primera explosión de la tarde con el golazo de Álvarez desde afuera del área. Gallardo estaba hablando con Matías Suárez porque preparaba el cambio de Braian Romero (finalmente terminó ingresando Jorge Carrascal), pero interrumpió su charla para festejar el 1-0 con un abrazo al cordobés. 

En el segundo tanto de River, la reacción fue todavía más efusiva: saltito al aire para festejar y abrazo con Milton Casco. Otro que se saludó con el DT luego de celebrar con sus compañeros fue Enzo, con quien mantiene una gran relación.

Durante el complemento, el Muñeco pidió que el equipo no baje la intensidad, se lamentó por las ocasiones desperdiciadas por el Millonario, pero estuvo tan tranquilo como el equipo dentro de la cancha. Al final, se lo vio emocionado observando el festejo de los futbolistas en el centro del campo. Esperó a los jugadores para abrazarlos camino al vestuario.