River demostró una vez más por qué es el campeón de América. Es cierto que no pudo conseguir el triunfo deseado en Porto Alegre, pero rescató un 2-2 muy positivo contra Internacional. Si bien es cierto que perdió su lugar en el segundo puesto del Grupo A correspondiente a la Copa Libertadores, logró sumar en Brasil y tendrá la posibilidad de hacer valer su localía el jueves 11 de abril ante Alianza Lima.
Marcelo Gallardo, una vez más, acertó con los cambios. Es que Nicolás De La Cruz, quien venía de ser expulsado frente a Talleres, fue determinante para obtener la igualdad: además de su aporte futbolístico, marcó un golazo de tiro libre. La falta fue provocada por otro ingresados, Matías Suárez. Aunque en esta ocasión no tuvo un buen rendimiento, el delantero cordobés volvió a brindar su cuota de importancia.
El Millonario supo recuperarse después un comienzo muy difícil. Nicolás López y Edenilson le dieron una ventaja envidiable al conjunto local. En otra época River se hubiera ido de Brasil sin sumar, con una goleada en contra y al menos un expulsado. Pero el Muñeco inculcó una mentalidad ganadora, a prueba de adversidades. Y esta noche hubo un ejemplo de esa fortaleza anímica para no renunciar a una idea ni a temer frente a un escenario complejo.
Las ventajas concedidas al principio y la ausencia de un funcionamiento eficiente pusieron a River en una situación incómoda, pero el penal a favor fue aprovechado por Lucas Pratto y la segunda parte tuvo un dominio claro del Más Grande. De La Cruz justificó ampliamente la confianza depositada por Gallardo y el equipo se ilusionó con un nuevo triunfo histórico en Porto Alegre.
La apuesta táctica de Gallardo jamás corrió peligro concreto en el complemento: desarmó el 4-3-1-2 inicial para darle lugar a un 3-4-1-2, relegando a Lucas Martínez Quarta -pasó del trabajo exitoso en Córdoba a una versión muy floja- y Cristian Ferreira, de tarea insuficiente, al igual que Rafael Borré, reemplazado a los trece minutos de la última etapa. Pese a que no consiguió la victoria anhelada, el Millonario dejó en claro que tiene intacta la chapa de campeón y se hace respetar en cualquier cancha del continente, sin importar el rival ni el contexto. Si no, pregúntenle a Inter.