River tuvo que esforzarse al máximo para vencer 3-0 a Argentino de Merlo. Pese a que el resultado fue holgado, la realidad futbolística mostró momentos de serias dificultades por la combinación entre errores propios y virtudes rivales. Sin embargo, Marcelo Gallardo halló las soluciones a través de los cambios para lograr la clasificación a los 16vos de final de la Copa Argentina.

 

El Millonario se chocó con un escenario completamente impensado. Si bien es cierto que en el fútbol de hoy nadie gana con la camiseta, el panorama fue muy sorpresivo porque Argentino de Merlo, único líder de Primera D -es la quinta categoría de la AFA- y a un paso de consagrarse campeón-, se animó a sostener la propuesta que lo caracteriza en una divisional donde los campos de juego son un obstáculo extra al jugar por abajo. Pero La Academia exhibió momentos de buena circulación y supo presionar a un River impreciso al punto de ser desconocido.

La paciencia era fundamental en ese contexto, aunque para colmo algunas réplicas del conjunto de zona oeste amenazaban con tomar mal parado a River. Franco Armani no tuvo grandes sustos, pero la defensa no pudo relajarse jamás. El fondo rival se caracterizó por una fortaleza enorme para cortar los ataques, anticiparse y hasta salir jugando. La pelota parada ni siquiera fue un arma para causar peligro, entonces el Muñeco tuvo que apelar al ojo clínico para modificar el rumbo.

 

Exequiel Palacios regresó a la actividad luego de 66 días y lo hizo con un rendimiento muy positivo, mientras que Rafael Borré se transformó en la figura indiscutida de la noche. El colombiano no sólo le puso punto final a una racha de 10 partidos sin marcar goles, sino que además consiguió su meta de la forma menos pensada porque sacó un derechazo prácticamente sin ángulo. Luego, para coronar la obra, asistió dos veces a Matías Suárez: primero con un desborde para la llegada por el segundo palo y luego con un pase para que resolviera mano a mano y eludiera al arquero.

Más allá de experimentar problemas para ponerse en ventaja, River venció 3-0 a un Argentino de Merlo digno del aplauso, capaz de exponer a quienes sostienen que no se puede jugar bien al fútbol cuando los recursos son insuficientes en relación al adversario de turno. Ahora el Millonario deberá pensar en ganarle a Palestino en Chile para meterse en los octavos de final de la Libertadores. Con respecto a la Copa Argentina, su próximo oponente será Gimnasia y Esgrima (Mendoza), posiblemente en julio.

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