Enzo Pérez ya tiene su página en la historia grande de River. El mendocino llegó al club de sus amores en 2017 luego de resignar millones de dólares para continuar en el fútbol europeo. Tras un breve periodo de adaptación se hizo dueño de la titularidad y en pocos partidos se convirtió en el termómetro del equipo. Junto a Exequiel Palacios, Nacho Fernández y el Pity Martínez conformó uno de los mejores mediocampos de la historia del club.
Luego le tocó ser pieza fundamental en la Copa Libertadores de 2018 y, fiel a su estilo, la rompió toda en los partidos calientes del certamen. Como uno más de nosotros celebró el triunfo ante Boca en el Bernabéu y luego siguió enfocado en seguir haciendo historia. Desde su llegada hasta los días que corren jamás bajó su nivel y desde entonces se convirtió en ídolo.
Pero hubo un hecho que no fue para nada menor y fue otra de las tantas muestras inmensas de amor del mendocino al club y sucedió el 19 de mayo de 2021. Días atrás un brote de Covid había golpeado duro a gran parte del plantel y entre ellos todos los arqueros. El Muñeco solamente dispuso de once futbolistas para recibir a Santa Fe por la fase de grupos de la Libertadores.
Como no había ningún arquero en la lista de buena fe con posibilidades de atajar –los cuatro estaban contagiados- fue Enzo Pérez el que tomó la responsabilidad de defender el arco más grande del mundo, el mismo que había sido tan bien representado a lo largo de la historia por ídolos de la talla de Amadeo Carrizo, Fillol, Pumpido, Burgos y Barovero.
Un detalle no menor es que Enzo Pérez no estaba al 100% desde lo físico, igualmente se calzó los guantes –que le prestó Poroto Lux- y tuvo una actuación sobresaliente en lo que fue triunfo del Más Grande ante Santa Fe por 2 a 1 en Núñez. Luego llegó la Enzomanía y se vendieron miles de camisetas verdes con el 24 en la espalda y muchos otros productos más. El ídolo tuvo su merecido homenaje en el Museo River inclusive.
El gran elogio de René Higuita
Si hubo un arquero que no pasó para nada desapercibido en la historia fue René Higuita, el colombiano que pateaba tiro libres y penales, el que se popularizó mundialmente el Escorpión y que actualmente se desempeña como entrenador de arqueros en Atlético Nacional, de hecho llegó a trabajar con Franco Armani. Higuita dialogó con D Sports Radio y recordó la noche heroica de Enzo: “No le fue mal. Me vi reflejado en Enzo Pérez. Me coloqué los guantes desde joven, pero antes, de chico, era goleador. Un día me pusieron en el arco de casualidad y ahí quedé. Después me fui perfeccionando y llegaron los trabajadores de arqueros para mejorar la técnica”.