El parate por la fecha FIFA le permitió a Leonardo Ponzio viajar a España para declarar y no perderse ningún partido. Apenas se ausentó de las prácticas del miércoles y jueves (lunes y martes el plantel tuvo libre) y este viernes ya se reincorporó a los entrenamientos mientras busca ponerse a punto físicamente. Pero mientras la cabeza de todo el grupo está puesta en las semifinales con Boca, el capitán sabe que es casi un hecho que se perderá el superclásico en el Monumental porque deberá regresar para escuchar la sentencia del juicio en el que se lo acusa, junto a otros futbolistas y dirigentes de Zaragoza, de haber arreglado un partido contra Levante, en mayo del 2011.

¿Cómo puede terminar esta historia? En caso de que el juez compruebe que Zaragoza les pagó a los futbolistas de Levante para dejarse ganar, tendrá que evaluar si hace lugar al pedido de la Fiscalía de Anticorrupción de Valencia, que solicitó dos años de cárcel para los futbolistas por un delito de corrupción deportiva, seis años de inhabilitación para jugar (esto sería sólo aplicable en España) y una multa para cada uno de ellos de 1.900.000 euros.

 

Si bien las presunciones y los indicios llevan a pensar en que hubo amaño, como dicen en España, -de hecho el propio Ponzio admitió que el presidente del Zaragoza le depositó 85 mil euros que tuvo que retirar de su cuenta y dárselos en efectivo-, el juez debe tener pruebas concretas de que ese dinero fue a parar a los bolsillos de los jugadores del Levante y ésas todavía no han aparecido. Ahí está centrada la batalla judicial entre los acusadores y los abogados defensores. Otra cuestión a tener en cuenta, como ya explicó el abogado de Ponzio, son los tiempos que llevará una apelación en caso de ser declarado culpable.

Así, entonces, habrá que esperar a que terminen de declarar los involucrados (a Ponzio le permitieron ser de los primeros para poder regresar al país) y recién a fin de mes se conocerá la decisión del juez.