El semestre de River puede dividirse claramente en dos, la primera parte fue una montaña rusa tanto en la efectividad como en la regularidad, inclusive jugó grandes partidos –Unión y Lanús- y tuvo otros para el olvido como contra Atlético Mineiro por la Copa Libertadores. Una vez que bajó la intensidad en cuanto a la cantidad de partidos jugados, los del Muñeco lograron estabilizarse y hasta inclusive hubo varios partidos que ganó sin hacer un mérito ampliamente superior al rival como por ejemplo contra Newell’s o Central Córdoba.
El presente de River es bueno, no es el ideal en cuanto al juego y el entrenador lo sabe, no es casualidad que Gallardo siga probando a esta altura del semestre, todavía falta encontrar ese equilibrio en todas las líneas, hay partidos en los que los delanteros terminan salvando a los defensores que no están firmes, inclusive en un mismo partido hay altibajos muy marcados, un claro ejemplo fue el partido de Paulo Díaz –de gran semestre en general- contra Central Córdoba, su primer tiempo fue muy bueno, se bancó bien a Giménez, estuvo atento en el anticipo, ganó más de lo que perdió, pero en la segunda mitad estuvo endeble y fue autor de algunos errores que pudieron costar caro.
Pero el fútbol argentino es así en general, cuesta encontrar –salvo Talleres- un equipo que pueda sostenerse tanto en los resultados como en los funcionamientos y eso hay que valorar de River, puede no estar mostrando su mejor versión en lo futbolístico, pero gana los partidos importantes y en lo que respecta a la actitud no hay nada que reprocharle a los jugadores. El próximo domingo el Millonario recibirá a Boca en un partido fundamental: de conseguir los tres puntos quedará –parcialmente como único puntero del torneo- y se mantendrá en la zona de clasificación a la Copa Libertadores del año que viene.
¿Dónde debe focalizar Gallardo para enfrentar a Boca?
El equipo que conduce Sebastián Battaglia está en pleno proceso de formación, el entrenador apostó por jugadores jóvenes en la mitad de la cancha, mientras que en la defensa mantiene a los jugadores más experimentados, en la ofensiva tiene alternativas. Los superclásicos son partidos aparte, no importa quién llegue mejor y es por eso que ganará el que menos errores cometa y Gallardo lo sabe bien, que si por algo se destaca su gestión es por los buenos resultados obtenidos ante el eterno rival. Será determinante que River pueda fortalecerse en defensa, que encuentre el equilibrio en la mitad de la cancha –lo puede aportar Zuculini y Enzo Pérez- y estar muy atento a las pelotas paradas en contra, ya que ante el Ferroviario sufrió en ese aspecto.