Por tierra y por aire. De una manera u otra los hinchas de River empiezan a llegar poco a poco a Lima, la tierra prometida para el fin de semana futbolístico. Mientras decenas de simpatizantes ya se encuentran en la capital de Perú luciendo con orgullo el manto sagrado, otros emprendieron un largo camino en micro.
Además de los cinco micros -uno vacío acompaña a modo de repuesto por cualquier inconveniente- que anoche salieron desde la puerta del estadio Monumental, hubo otros ómnibus que partieron entre lunes y martes. El primero de ellos experimentó una situación propia del rally Dakar durante sus años de competencia sudamericana.
“Los pibes de Savio y Somos Fiesta salieron a horario, antes que nosotros. Hicieron todo el trayecto normal hasta que llegando al desierto de Atacama se les pinchó una rueda y tuvieron que bajarse todos. Ese micro siguió muy despacio en los siguientes kilómetros hasta un pueblo”, le cuenta Enzo, un fanático oriundo del barrio porteño de Caballito, a La Página Millonaria.
Incluso el mencionado hincha nos compartió el testimonio de uno de los jóvenes que sufrieron el percance en pleno norte de Chile: “Cuando estábamos subiendo la Cordillera, frenaba el micro. Casi se prenden fuego las ruedas”. Solucionado ese conflicto, ese vehículo pudo continuar su ruta hasta el límite con el sur de Perú.
Enzo no sólo estuvo al tanto de lo ocurrido con el ómnibus varado en Atacama, sino que también tuvo que superar hasta ahora tres obstáculos en el suyo, compuesto por hinchas de River provenientes de Tortuguitas, Batán y Mar del Plata. “Tuvimos un tema de papeles en el micro. Íbamos a salir a las 10 de la mañana del lunes desde el Mc Donald’s de avenida Del Libertador y terminamos arrancando a las 3”, relata, sin perder el entusiasmo por ver al Millonario en la final de la Copa Libertadores contra Flamengo.
Como si fuera poco, al haber recorrido unos 1.000 kilómetros se produjo la segunda demora. “Se nos pinchó una rueda en Santiago del Estero, la cambiamos y seguimos”, narra Enzo. Pero el alivio duró unas horas: “Empezó a recalentar el motor acá en Salta y no pudimos seguir. Estuvimos esperando el relevo de un colectivo hasta que pudimos salir cerca del mediodía”.
A medida que pasan las horas, las historias se multiplican. Esfuerzos económicos, de logística y mucho más. Sin embargo, la pasión y el amor por River hacen que se trate de una serie de anécdotas en medio de la peregrinación a Perú para ver al Millonario el próximo sábado, cuando desde las 17 horas de Argentina busque el bicampeonato de América en el estadio Monumental de Lima.