River no se detiene. Parece imposible de frenar. Lleva cinco triunfos consecutivos y sigue obligando a Boca. Gracias a un cabezazo de Matías Suárez, venció 1-0 a Banfield y mantiene el liderazgo de la Superliga con tres fechas por delante. Debe visitar a Estudiantes de La Plata, recibir a Defensa y Justicia y cerrar el torneo en el norte ante Atlético Tucumán.
Si bien el resultado podría haber sido más abultado, River sufrió porque desperdició muchas posibilidades de gol. Entre ellas un penal que Rafael Borré estrelló en el travesaño. Tanto en el grito de Suárez como en la mano de Luciano Lollo dentro del área hubo un denominador común: Gonzalo Montiel. El lateral derecho envió el centro del 1-0 y también el que provocó la pena máxima.
Además de la importancia lógica de Suárez y Montiel, hubo otro pilar: Robert Rojas. El paraguayo ganó el 100% de los duelos aéreos que protagonizó y se impuso en el 87,5% de las batallas por la pelota. Sus cruces fueron oportunos para impedir que Banfield causara peligro. De hecho, el Taladro prácticamente no inquietó. Empujó con balones al área y se asomó con dos tiros desviados desde afuera a través de Reinaldo Lenis y el ingresado Daniel Osvaldo.
Los cambios de Marcelo Gallardo fueron con el propósito de aumentar la distancia en el marcador. Juan Fernando Quintero, Lucas Pratto e Ignacio Scocco tuvieron espacio de contragolpe para liquidar el encuentro. Faltó puntería. También hubo decisiones equivocas. El colombiano Iván Arboleda mantuvo con esperanzas a Banfield, aunque River supo proteger el 1-0 y celebró tres unidades muy valiosas para encarar la recta final del campeonato.