El marcador central ecuatoriano hizo su estreno oficial con la camiseta de River. Pese a que estuvo lejos de brillar, tampoco desentonó y hasta se lució en un cruce muy oportuno.
Hace menos de un mes se despidió de Independiente del Valle en una final histórica de Copa Libertadores. Si bien es verdad que el resultado fue negativo, la campaña quedó para siempre en las páginas doradas de su club anterior. Ahora, Arturo Mina tiene la posibilidad de revancha que da el fútbol, aunque en este caso vistiendo el manto sagrado, camiseta que obliga a alcanzar la gloria en la Recopa actual.
Mina se transformó en el tercer ecuatoriano de la historia en jugar oficialmente para River, luego de Juan Cazares y Abel Casquete
Con Jonatan Maidana como compañero de zaga, el defensor ecuatoriano exhibió algunos altibajos. Por abajo permitió que lo anticiparan prácticamente siempre, más allá de hacerlo dos veces durante el segundo tiempo. En cambio, por arriba se mostró impasable. Ocho rechazos, incluyendo aquellos que fueron reventando la pelota, resumieron su misión: evitar cualquier tipo de riesgo, aun siendo desprolijo.
¿Lo más destacado de Mina? A los siete minutos del complemento, cruzó mediante una barrida para impedir que un adversario quedara cara a cara con Augusto Batalla. Pese a que el hombre de 1,90 metro fue muy cauto en los cara a cara con los rivales, teniendo en cuenta que no fue agresivo para molestar cuando recibieron, tampoco concedió ventajas. En el rubro faltas, fue amonestado tras una protesta excesiva por su única infracción, que fue en ataque.
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