Para los hinchas, los jugadores que defienden los colores de su club pueden pasar de ser ídolos a villanos en cuestión de minutos. Un gesto o una palabra de más pueden provocar que toda una hinchada cambie su cariño o pensamiento sobre ellos y eso fue lo que le pasó a Javier Mascherano, surgido en las inferiores de River y de extensa carrera en Europa. En la final del Mundial de Clubes 2015 en Japón, donde River cayó ante el Barcelona, la hinchada Millonaria que había copado una de las tribunas en Yokohama esperó un gesto de agradecimiento por parte de Masche que jamás llegó.

El Jefecito se puso en los zapatos de la hinchada y se mostró nuevamente arrepentido por como reaccionó: "Hay mucha gente que se sintió dolida. La gente me cantó y yo en un gesto desafortunado no hice alusión a eso. La gente sintió un cierto desprecio, pero no fue mi intención despreciar a nadie. Simplemente estaba enfocado en jugar el partido y en tratar de aislarme de un contexto que no era fácil para mí. Yo había salido de River y estaba jugando una final del mundo contra ellos".

"A partir de eso, la relación no fue la mejor y entiendo a la gente si se sintió menospreciada por mi manera de actuar. Yo había jugado contra River con Corinthians y no había sido fácil para mí, por eso no quería que me pasara lo mismo en una final del mundo. Hoy hubiese levantado la mano y saludado a la gente. No creí en ese momento que estaba haciendo algo tan malo, pero está claro que el equivocado soy yo", recordó algo dolido en diálogo con el programa Líbero de Tyc Sports.

Su frustrada vuelta a River

A pesar de que a mucha gente no le seducía la idea, porque en 2020 el mediocampo de River estaba más que cubierto, se rumoreó en varias ocasiones la chance de que Mascherano volviera a ponerse la banda roja pero finalmente nunca se dio. Tras quedar libre del Hebei Fortune de China, volvió a la Argentina pero para jugar en Estudiantes de La Plata, donde jugó sus últimos partidos como profesional tras retirarse en el mes de noviembre. "No volví a River porque no se dio. Cuando estaba en Barcelona tuve un par de charlas con Enzo (Francescoli) para volver, pero yo todavía sentía que tenía cuerda para seguir jugando en Europa allá por 2015 y 2016. Después cuando obviamente decidí retornar no había lugar. River tenía ya un equipo armado que le iba muy bien”, sostuvo Masche.