Marcelo Gallardo se fue con un sabor agridulce de Avellaneda, donde River le ganó como local a Arsenal por la Copa Diego Maradona. Por un lado, el Muñeco destacó el rendimiento de su equipo, pero no pudo obviar su disgusto por las lesiones que sufrieron Fabrizio Angileri y Milton Casco. Esas dos bajas, sumadas a la de Paulo Díaz, complican el escenario para los próximos compromisos: la visita a la Bombonera para disputar el superclásico por el torneo local y el partido de ida de la semifinal de la Copa Libertadores ante Palmeiras.

"Hicimos un buen partido, fuimos muy superiores, me gustó el funcionamiento del equipo ante un rival difícil que se cerró atrás", arrancó el técnico de River antes de mostrar la otra cara del triunfo: "Nos deja un sabor amargo porque perdimos tres jugadores importantes en dos días para lo que viene. Es muy difícil que puedan llegar a jugar el partido de Boca como el de Palmeiras". Y en ese sentido, Gallardo no tuvo problemas en admitir que el desafío más importante es el de la Libertadores y por eso cuidará a sus principales jugadores para ese encuentro. "Son compromisos con tres días de diferencia y mucha carga mental, ése es el problema. Boca va a tener un día más de recuperación y tal vez le dé para jugar con todo. A nosotros no. Yo tengo que pensar en el partido de Copa que es más importante todavía que el de Boca. Es una semifinal... Estamos a dos partidos de jugar otra vez una final y nos genera mucho entusiasmo".

Claro que eso no significa que el Muñeco no le dé importancia al superclásico que se jugará el sábado 2 de enero por la noche. Ya avisó que pondrá "el mejor equipo posible, el más competitivo", aunque cuidando a las piezas más importantes para recibir a Palmeiras el martes 5, en Avellaneda. Al técnico de River lo obsesiona llegar a la final de la Libertadores por tercer año consecutivo por eso apunta de lleno a esa competencia, donde podría encontrarse justamente otra vez con Boca en el choque decisivo que en esta edición se diputará en el Maracaná. Sin embargo, fue cauteloso ante la idea de imaginar esa situación. "Hay que respetar los rivales que tenemos enfrente, no hay que confiarse, son muy importantes. Tanto Palmeiras como Santos no están peleando el campeonato brasileño y apuestan todo a esta Copa. Ven que la zanahoria está muy cerca y va a ser duro", explicó antes de agregar que "anticiparse y pensar en una final con Boca sería un error enorme, muy grave".