"Lo de Gallardo es increíble"

El Lobo llenó de elogios al Muñeco y destacó la capacidad de su River para reinventarse con los años. Habló de Passarella, Ramón, Almeyda, repasó algunos momentos de su carrera y aseguró que su despedida no está caída. Imperdible.

Fueron compañeros, pero cuando lo podría haber tenido como DT, el Lobo decidió cerrar su maravillosa etapa en River para retirarse en Argentinos Juniors. Si bien nunca fue dirigido por él, Cristian Ledesma valoró el ciclo del Muñeco al frente de River: “Yo a Marcelo lo tuve como compañero. De afuera puedo decir que le veo un sello propio, está marcando tendencia. Es un entrenador que quedó en la historia del club”.

En su paso por Arroban, el exvolante millonario contó como ve al equipo: “A mí me gusta mucho como juega. Hace un par de años que mantiene un nivel parejo, que gana y me parece lo principal es que se reinventa. Se van jugadores importantes que son difíciles de reemplazar, y sin embargo los reemplaza, cambia sistema y sigue ganando, sigue peleando campeonatos. Lo de Gallardo es increíble”.

A diferencia de muchos que ya veían a Gallardo con pasta para entrenador, para el Lobo fue toda una sorpresa: “A mí me sorprendió. Al igual que el Chacho. Yo no lo venía como entrenador. Ojalá todos piensen lo mismo de mí, porque yo quiero ser entrenador. Ojalá que digan ‘no lo veía’ y que me vaya como a ellos”.

Al que sí tuvo como DT es a Ramón, el técnico que mejor lo entendió en toda su carrera: “Ramón creo que fue mutando con el tiempo. Yo lo conocí en el ’99. Al principio era muy distante al jugador, tenía una forma de ser muy particular. Con el tiempo fue cambiando, se fue ‘aggiornando’, fue estando más cerca del jugador. Él tiene su estilo muy particular, la gente lo quiere o lo odia. Aprendí muchísimo de él. Me conocía mucho y yo a él, era recíproco. La confianza que Ramón me daba no me la dio nadie”.

El Lobo habló sobre Passarella, a quien tuvo tanto en su rol de entrenador como de dirigente: “Para mí es una gran persona. A veces uno tiene que estar bien rodeado y al ser él la cabeza de lo que fue como presidente, hay que ver como estuvo rodeado, pero las culpas eran todas para él. No quiero salvarlo de algo que está a la vista y que fue una mala gestión, hay que reconocerlo. Pero también te tengo que decir que es una buena persona y que me parece un tipo honesto”.

También se refirió a su decisión de dejar River cuando Ramón decidió irse: “Nadie me lo cuestionó. Yo al margen de lo de Ramón, quería volver a Argentinos. Creo que era una manera de cerrar una etapa e irme de una buena manera, por la puerta grande, saliendo campeón, haciendo un gol. Quería vivir eso. Lo hablé mucho con Barovero, con Ariel Rojas y ellos coincidieron en que era el momento para irme. Me bancaron”.

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La despedida: “Por ahora no hay fecha, está postergada pero no está suspendida. Estoy buscando el hueco para poder hacerla. Yo tengo el entusiasmo de poder vivir eso. Faltaba tan poco y estaba tan entusiasmado que me dio mucha bronca. La veo más para fin de año”.

Referentes en su puesto: “El Conde Galetto tenía todo lo que a mí me gustaba. También el Negro Astrada y Fernado Redondo”.

La distancia entre Cavanaghi y Trezeguet: “No hubo tensiones. Si las hubo, no las vi. No pasó nada raro en ese plantel. Había figuras muy grandes como ellos dos, el Chori, Ponzio, pero no pasó nada. Y si pasó tampoco lo contaría…”.

¿Fue una cuenta pendiente no haber jugado un Mundial?: “Lo más cerca que pude haber estado fue en 2007, 2008, en mi época en San Lorenzo cuando tuve un par de convocatorias y me sentía bien. No sé si como para jugar un Mundial, porque hay muchísimos jugadores. Pero no es algo que me haya quedado pendiente”.

El gol a Quilmes: “Me puse a llorar. Lo que sentí en ese segundo. Era mi último partido en la cancha de River y fue mi único gol, estábamos saliendo campeones…”

Su relación con Almeyda: “Teníamos una relación increíble, pero no me ponía nunca”.

Una anécdota de su despedida en el Azteca: “Ese partido fue inolvidable, ese sí fue el último. En la charla antes de salir a la cancha, el capitán era Barovero y cuando iba a dar la arenga final se sacó la cinta, me la dio a mí adelante de todos y dijo que el capitán era yo. Fue muy emocionante, tenía que decir unas palabras antes de salir a la cancha y no podía hablar. Esa cinta la tengo en mi casa”.

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