A tan sólo 11 horas para el comienzo del partido entre River y el club entrerriano, las fuerzas de seguridad recorrieron el estadio Presbítero Bartolomé Grella con el propósito de prevenir un posible alerta un rato antes del encuentro.
Esta vez no hubo una amenaza ni nada por el estilo. Sin embargo, Patronato atraviesa tiempos delicados a nivel institucional como consecuencia del Derecho de Admisión que la dirigencia le aplicó a la barrabrava. En ese contexto, para evitar cualquier tipo de problema esta noche, las fuerzas de seguridad realizaron una revisión en la cancha del Rojinegro para impedir, entre otros asuntos, un alertar de explosivo que pudiera ocasionar demoras en el compromiso que tendrá a River como protagonista en Paraná.
Tras la amenaza de bomba que atrasó dos horas el inicio de Huracán-River el 28 de enero pasado y otra situación similar que generó un operativo de urgencia antes de la visita a Lanús, en esta oportunidad las autoridades policiales correspondientes tomaron recaudos. Minutos después de las 10 de la mañana, un grupo de oficiales recorrió el estadio Presbítero Bartolomé Grella para desalentar la idea de un llamado anónimo que obligue a trabajar a contrarreloj.
¿Cuál sería el problema principal? Si una eventual amenaza de bomba provoca la postergación temporal del comienzo previsto para las 21.30, la delegación de River arribará más tarde que lo programado a Buenos Aires o, peor aún, la suspensión del compromiso para el día siguiente, según estipula el reglamento. Es decir que sería un auténtico problema para el Millonario, teniendo en cuenta que se viene la Supercopa Argentina frente a Boca el próximo miércoles, en Mendoza.
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+ ASÍ FORMA RIVER: mirá cómo saldría el Millo a la cancha.