Hoy, 21 de septiembre, Cavenaghi festeja el aniversario número 32 de su nacimiento. Querido e incluso admirado por los hinchas de River, ya recibe muestras de afecto.
El 21 de septiembre de 1983 llegó al mundo quien se transformaría en uno de los ídolos del Más Grande. En O’Brien, provincia de Buenos Aires, nació Fernando Ezequiel Cavenaghi, que en su adolescencia arribó a Núñez para sumarse a las Divisiones Inferiores hasta que debutó el 11 de febrero de 2001, contra Estudiantes de La Plata, en el Monumental.
A fuerza de goles y enormes condiciones técnicas, el Torito poco a poco se ganó un lugar. Máximo artillero del Torneo Clausura 2002, fue determinante para que River consiguiera el título. También dio la vuelta olímpica en el primer semestre tanto del 2003 como 2004. Es por eso que fue transferido a Spartak Moscú para iniciar una larga experiencia en Europa.
Siete años después, en la situación menos esperada, Cavegol regresó al Millonario. Rescindió dos contratos, un hecho inédito. Luego de interrumpir su préstamo en Internacional de Porto Alegre, hizo lo propio con Girondins Bordeaux para ponerse el manto sagrado en una categoría ajena a la historia del Más Grande y con un presidente que no lo había respetado.
Nuevamente, fue importante. Fernando marcó varios goles en la temporada 2011/12. Devolvió a River al sitio donde nunca tendría que haberse ido. Aun así, fue declarado prescindible. Retornó al Viejo Continente. Después pasó por México. Concluyó su etapa allí y en diciembre de 2013 selló su vuelta. Otra vez aportó tantos indispensables para salir campeón en el Final 2014.
Seis días más tarde, logró un nuevo título en San Luis: la Copa Campeonato. Otra vez jugó infiltrado, como en todo ese semestre. Se sometió a una operación compleja. Su carrera corrió riesgo. No bajó las brazos. Regresó al campo. Ganó la Copa Sudamericana. También la Recopa. Y el 5 de agosto pasado se despidió nada menos que con la Libertadores. Goleador e ídolo.
¡Feliz cumple, Cavegol!
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