La gran victoria ante Godoy Cruz parecía dejar en claro la idea de este equipo, una idea de manejo de pelota, que se cubra bien los espacios y se haga correr constantemente al rival al no tenerla. Sin embargo, la lesión de De La Cruz generaba la duda de como saldría el 11, y quien sería ese tercer volante que acompañaría a Aliendro y Enzo Peréz en la composición defensiva del equipo.  

Así, Demichelis decidía salir al partido con un 4-3-3. A priori mismo esquema que en la fecha pasada, pero con instrucciones diferentes debido al ingreso de un jugador con las condiciones de Barco. Este, se ubicaría pegado a la banda izquierda y Nacho sería ese tercer volante de mitad de cancha. 

Entonces, la idea de funcionamiento sería de dos laterales ofensivos, dos extremos que no propongan mano a mano, sino que cierren su juego para combinar y un medio de constante movimiento ofensivo. Para esto, sería clave una zaga central rápida y que haga presión tras pérdida achicando líneas. 


Sarmiento, por su lado, planteó un 4-4-2 con un doble 9 físico que moleste a los centrales de River, un medio muy cerrado que intente quitar la pelota en la zona Paradela-Nacho y laterales que no ataquen. Insaurralde, haría por momentos marca personal a Beltrán, pero este tuvo una gran noche y lo movió por toda la cancha al ex Boca, generando espacios en el fondo del local.

River fue ampliamente superior en el primer tiempo, por lo que Damonte decidió cambiar el esquema. Al segundo tiempo saldría con un 4-3-1-2, con Licha López de enganche, Melano vs Enzo Díaz por la banda y laterales ofensivos. Sin embargo, Enzo y Aliendro nunca dejaron jugar cómodo al ex Racing en esa zona y el poco juego que tenía ese doble 9 físico desapareció.

River, por su lado, cambió a 4-4-2 en el segundo tiempo. No tenía necesidad desde lo futbolístico, ya que estaba siendo protagonista del partido, pero Demichelis entendió que el medio estaba teniendo poca terminación. Para eso, ingresó primero Palavecino y luego Rondón, ambos partícipes importantes del segundo gol que sentenció el partido.

 

Un primer tiempo de alto vuelo

En el primer tiempo, River controló totalmente el partido. Todo lo bueno que venía mostrando se potenció, viéndose un equipo más tranquilo con la posición, generando juego de lado a lado y con transiciones rápidas o lentas, según pida la jugada. Sin embargo, se agregó algo nuevo, una presión tras perdida. Para esto, fue clave tener una zaga central rápida que achique prácticamente en mitad de cancha. Solo faltó más precisión en el último toque.

Un segundo tiempo con más determinación

A pesar de seguir en la misma idea, en el segundo tiempo el equipo fue más punzante y con más intención de terminar las jugadas, en vez de seguir con la posición. Para esto fueron claves las apariciones de Palavecino y Rondón, que entraron con instrucciones claras de atacar y buscar el arco rival.

Pudo pecar por exceso de confianza

En esta idea de manejar en toda la cancha el juego, River igualmente pudo sufrir. Las pocas veces que apareció el rival fueron porque River intentó pases en zonas incorrectas y quedó mal parado. Esto es algo a revisar, pero que es entendible en un estilo en formación. 

Armani siempre responde

A pesar de hacer River un gran partido, el campeón del mundo tuvo que aparecer. En la única llegada clara del rival, agigantó su figura y tuvo una gran doble atajada. Además, se lo vio mejor en la salida aérea y muy bien con los pies, acertando un 75% de pases largos.

González Pirez sigue aportando

El Cabezón volvió a hacer un gran partido. Ganó el 70% de duelos 1vs1 y tuvo una efectividad del 85% en pases a campo rival. Además, fue el encargado de adelantar las líneas en la presión tras pérdida, lo cual hizo correctamente. Es importante que, sin estar Mammana al 100%, él siga en este nivel.

Paulo Díaz y otro gran partido

Le costó a Paulo volver a su forma física, pero poco a poco el chileno está recuperando sus mejores condiciones. Con Sarmiento, ganó el 50% de sus duelos defensivos y aportó mucho en el juego largo. Tiene que mantener este nivel, ya que en un buen estado anímico tiene las condiciones para ser el 6 que necesita este equipo.

Enzo Pérez juega mejor acompañado

Desde que Aliendro volvió al 11, Enzo juega más cómodo. Con Sarmiento, incluso lo vimos sumarse al ataque y llegar al área como hizo en el pasado. Todo, redondeando un 90% de pases efectivos y un 50% de duelos 1vs1 ganados. Es la bandera de este plantel, y emociona verlo con 37 años jugar al nivel que necesita el equipo.

Aliendro y un partido casi perfecto

Otra vez el ex Colón fue de los mejores de la cancha. Apareció prácticamente por todos lados y generó siempre espacios para que sus compañeros brillen en libertad. Sólo le faltó el gol para tener una noche perfecta, algo que tarde o temprano llegará. Hoy por hoy, parece clave en el 11 titular.

Beltrán, el 9 de este River

Ya no quedan dudas que Lucas Beltrán tiene que ser el 9 de este equipo. En su primera pelota en el partido, tuvo la frialdad para convertir de penal. Luego mereció marcar alguno más, haciendo figura al arquero rival. Además, se lo nota muy bien físicamente, aguantando a defensores de buen porte físico.

Palavecino y una buena dosis de confianza

Si hay algo que Demichelis está trabajando muy bien, son los tiempos de cada jugador. Realmente dudo que alguien del plantel este descontento con su tiempo en cancha. Palavecino, quien venía bajo de nivel, tuvo así su mejor noche de este nuevo ciclo con el DT. Es decisivo que se siga sintiendo importante en el equipo.

Suárez y su vuelta

Es incierto cuánto tiempo podrá jugar Matías Suárez en este semestre, y que será de su futuro. Por eso, hay que valorar cada minuto que tenga y esperar que encuentre su mejor forma tanto física como anímica. Se lo notó lento en sus carreras, pero sus toques técnicos siempre estarán.