Luego del inolvidable penal que Barovero le atajó a Gigliotti, un artista plástico decidió inmortalizar en un cuadro la celebración del arquero. Parapam.

Fue un momento histórico. En el marco de la semifinal de la Copa Sudamericana 2014, El Más Grande dejó en ridículo a su eterno rival y lo eliminó del certamen, para luego consagrarse campeón. Aquella noche, en la que Boca se rindió a los pies del Millonario, quedará por siempre en el recuerdo de los fanáticos riverplatenses.

Indudablemente, el momento más destacado del triunfo en el Superclásico copero fue el penal que Marcelo Barovero le atajó a Emmanuel Gigliotti. Trapito, gigante, se armó de valor y coraje, y con la paciencia que lo caracteriza esperó a que el delantero del eterno rival ejecute para inclinar su cuerpo sobre su izquierda y tapar el remate a mano cambiada.

Tras lograr la hazaña, el capitán de La Banda alzó el índice al aire, celebrando la importancia de aquel penal atajado. Por eso, ese momento de gloria fue inmortalizado en una obra de arte por Walter Teré, artista plástico de la localidad bonaerense de Roque Pérez.

El impactante cuadro fue donado por Teré al Museo River y recibido por el propio Barovero, protagonista e inspiración de la pintura. Un recuerdo imborrable que permanecerá por siempre en la institución más grande del país.

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