Marcelo Gallardo lleva 295 partidos oficiales como DT de River. Si el calendario lo permite, llegará a 300 ante Argentinos Juniors. Más allá de los títulos y triunfos inolvidables, el ciclo tiene como característica unaenorme cantidad de penales a favor -en su mayoría bien sancionados-, aunque sin la eficacia deseada.

Los números marcan que River contó con 64 disparos desde los doce pasos sumando todas las competencias, excluyendo definiciones por penales. Lejos de ser un arma letal, el equipo de Núñez desperdició un porcentaje significativo de las oportunidades que tuvo.

¿Cómo es el desglose? Hubo 46 penales que terminaron en gol, mientras que los 18 restantes se repartieron entre 9 atajados y 9 con puntería torcida. Es decir que River desperdició el 28% de las ejecuciones.

Pese a lograr una histórica goleada 8-0 frente a Binacional, los remates de Nicolás De La Cruz e Ignacio Fernández opacaron una noche casi perfecta. Aunque el resultado y el rendimiento futbolístico dejaron una satisfacción enorme, el tema de los penales causa preocupación y un interrogante acerca de los motivos que llevan a que cueste ver un desenlace positivo.

A tal punto es un problema que de los últimos 22 penales, River apenas transformó 10 en gol, menos del 50% de los disponibles. Gallardo prefiere que los jugadores no practiquen esa circunstancia porque considera que de ninguna manera sirve al estar imposibilitados de recrear la tensión y el contexto de una situación con puntos de por medio.