(Inclye videos) Miles de fanáticos invadieron Japón y los nipones quedaron enloquecidos al ver el fanatismo de los hinchas por River. Incluso, muchos japoneses se contagiaron de esta pasión inexplicable.
Fue una locura. Un viaje inolvidable, que quedará por siempre en las páginas doradas de la historia del Más Grande. Tanta fiesta, a más de 18.000 kilómetros de distancia, genera orgullo.
Incontables hinchas colmaron cada rincón de Japón, país que hizo de sede en el Mundial de Clubes. Si hubiera sido en la Luna, la gente hubiera ido igual.
El papel de la gente fue tan impecable que los nipones se contagiaron al ver tanta pasión. Muchos se aprendieron los cánticos, saltaron, bailaron y acompañaron a los fanáticos a cada lugar al que fueron.
Akito fue, sin dudas, uno de los personajes más sobresalientes de todos. Pero también hubo otros que se interesaron en aprender las canciones del Millonario o de conocer los motivos por los cuales se carga al eterno rival.
Fue una fiesta que trascendió fronteras. El idioma y las costumbres entre argentinos y japoneses no fue una excusa. La pasión por River fue la unión perfecta para que sea aún más inolvidable.
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