Saviola habló sobre qué lo motivo a volver, su felicidad por la Copa Libertadores, la espina clavada por el retiro de Aimar y su momento en River. Mirá las palabras de un goleador que extraña el grito.

Un sueño hecho realidad. Así, con apenas cinco minutos jugados en esta Copa, Javier Saviola consiguió sumar a sus logros la Libertadores: “Ganar la Copa con River fue algo soñado, en todo el tiempo que había estado en el club no había podido lograr un título tan importante. Y que se haya dado al mes de mi regreso fue emocionante”, afirmó en una entrevista con Olé.

Sin tiempo para los festejos, ya que al día siguiente debieron viajar a Japón para disputar la Suruga Bank, el Conejo admitió que Aimar fue uno de los partícipes más importantes para concretar su vuelta: “Hablaba mucho con él y me insistía para que viniera. Quería que volviéramos a jugar juntos. Y me comentaba que el club iba creciendo, mejorando y, entonces, fue distinto. Me motivó de una manera especial”.

La espina de no poder volver a jugar con Pablo es algo que el delantero tiene bien presente: “Siempre hablábamos de que disfrutábamos mucho jugando juntos, además de ser amigos, porque fue con el jugador con que mejor me entendí. Y compartir un partido en el club que nos vio nacer era algo que siempre se nos pasaba por la cabeza, pero no se pudo”, se lamenta.

Además explicó por qué no retornó antes a La Banda: “Yo creí que ahora era el momento. Tenía contratos que cumplir en Europa… Siempre dije que iba a estar allá hasta que quisiera pegar la vuelta. Yo iba a tomar la decisión, no quería que nadie me exigiera y me dijera tenés que volver. Ahora la tomé y todos estamos contentos”.

Lejos de estar conforme con ser recambio para el equipo titular, Javier se ilusiona: “Soy un jugador que quiere ayudar, jugar, tener muchos minutos y que el equipo pueda beneficiarse con mi juego. Me encantaría ser titular, para eso entreno y trato de adaptarme lo más rápido posible”.

Todavía el arco no se le abrió y por eso volver a gritar con la camiseta de River comienza a transformarse de a poco en una obsesión: “Ya lo imaginé un millón de veces, pero lo peor que me puede pasar es estar ansioso. Es lo peor para un goleador. Pero me encantaría que el gol llegara cuanto antes y poder festejarlo con toda la gente y con mis compañeros”.

Se lo ve metido, con ganas, ilusionado por lo que se viene y feliz por lo que ya se consiguió, ahora es el momento del comienzo de lleno de esta segunda etapa del Conejito en El Más Grande. ¡Vamos Javier, vamos River!

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