River está de pie. Continúa con fuerza, tal como manifestó Marcelo Gallardo a nivel personal el jueves pasado. Aunque ya no ostenta el título de campeón de América, el equipo juega con la misma autoridad y fortaleza mental que siempre. Y la prueba de eso se vio esta noche para superar 3-2 a Newell’s en Rosario, donde llegó a estar dos tantos abajo y al borde del nocaut.
Sin embargo, la reacción fue clave. River nunca se derrumbó anímicamente. Al contrario, mostró mucha entereza. Con Ignacio Fernández como abanderado principal, se levantó. Nacho generó la falta que le sirvió para hacer un golazo de tiro libre. Otro Nacho inició el camino del 2-2, obra del incansable Rafael Borré, un estandarte del sacrificio. El propio Scocco, abastecido por su tocayo, fue el autor del 3-2 definitivo a través de una resolución de enorme jerarquía.
Más allá de esas acciones decisivas, River insistió en todo momento. No permitió que cada revés terminara siendo letal. Peleó en cada sector del campo, fue práctico para rechazar el peligro, pudo incomodar a Cristian Lema después de padecerlo al principio. Y cuando la pelota estuvo en los pies de Fernández, Juan Fernando Quintero y Exequiel Palacios, circuló con fluidez, reduciendo el margen de peligro.
El futuro en la Superliga corrió riesgo durante un rato. Pero River está de pie. Ganó en una cancha donde registraba seis derrotas en sus últimas siete visitas. Está a dos puntos de Boca y Argentinos Juniors, con un partido menos, debido a que tendrá que enfrentarse a Independiente, en Avellaneda, el 19 de enero. Ahora hay que cerrar el año con un nuevo éxito el próximo domingo, cuando San Lorenzo visite el estadio Monumental.