El mediocampista llegó a River para ser titular y luego de arrancar con el pie izquierdo, debido a que sufrió un desgarro en su debut, nunca logró despegar. Hoy es uno de los jugadores más relegados por el cuerpo técnico. ¿Logrará levantar o ya es un ciclo cumplido?
Nicolás Bertolo arribó a Núñez en junio del año pasado y la ilusión del hincha de River iba de la mano con la del jugador. Algunos aún tenían fresco en la retina el golazo que marcó vistiendo la camiseta de Banfield en el Monumental. Los pergaminos del ex-Cruz Azul, Zaragoza y Palermo, entre otros clubes, acreditaban el entusiasmo general.
Debutó en la Copa Argentina frente a Rosario Central, aunque aguantó en el campo de juego sólo 25 minutos y tuvo que retirarse lesionado, un augurio quizás de lo que sería su primera etapa en El Más Grande. Volvió, ingresó en el complemento de la ida en la final de la Copa Libertadores y fue titular en el encuentro decisivo con un gran rendimiento. Parecía que el Bertolo que River fue a buscar, estaba ahí. Pero no.
Sufrió un bajón en el torneo local, al igual que todo el equipo, disputó 52 minutos en la Suruga Bank (fue víctima del penal que ejecutó Carlos Sánchez) y en el Mundial de Clubes no ingresó. Consciente de su bajo nivel, declaró desconocer las razones de dicha baja, pero que la confianza de Gallardo lo llevaba a ser optimista.
Gran aparición frente a Quilmes en el Torneo de Transición 2016, asistencia al Pity Martínez (la única que ostenta en sus estadísticas con La Banda), y luego otra vez el bajón. Ingresó y no tuvo un buen rendimiento contra Belgrano, como sucedió contra Godoy Cruz, su ultima aparición como titular (18 de febrero), y disputó muy pocos minutos ante Colón.
Reapareció en las convocatorias oficiales frente a Sarmiento, aunque no ingresó, y el miércoles lo hizo, pero cuando el partido ya estaba 0-2 a 16 minutos del final. ¿La buena? Se lo vio movedizo y generó varias infracciones a favor (causó la doble amarilla de Joao Schmidt), cerca del área rival, aunque disputó muy pocos minutos para realizar un veredicto.
Su nivel sigue bajo, la paciencia de la gente fue desapareciendo poco a poco y Gallardo dejó de tenerlo en cuenta de manera gradual, aunque la precoz aparición de ayer quizás sea el último tiro que tenga el cordobés para finalmente despegar. “Yo no me olvidé de jugar al fútbol”, manifestó dos meses atrás. El deseo de todos es que levante su rendimiento y sea el Bertolo que provocó que RIver lo siguiera de cerca desde hace más de seis años.
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