La página más dorada de la gloriosa historia de River comenzó a escribirse el 11 de noviembre de 2018 en la cancha de Boca y si bien el punto final de ese sueño hecho realidad fue el 9 de diciembre, la realidad es que no podría haber sido tan perfecta la historia sin el gol de Lucas Pratto en la Bombonera. Pasan los años y los hinchas siguen recordando aquel memorable gol que significó un duro golpe anímico para el eterno rival.
River y Boca son los dos clubes argentinos más ganadores, ambos cuentan con una importante cantidad de títulos tanto a nivel nacional como internacional, pero es llamativo que no fueron muchas las veces que definieron un título entre sí. La primera vez fue en 1976 por el Nacional de aquel año y la definición quedó para el eterno rival que ganó 1 a 0 en cancha de Racing, la segunda vez en la historia fue recién el 14 de marzo de 2018 por la Supercopa Argentina en Mendoza y el Millonario se coronó tras ganar 2 a 0 con goles del Pity Martínez y Nacho Scocco.
La tercera y hasta el momento última vez fue por la Copa Libertadores de 2018. El país se paralizó, la Conmebol determinó que las finales se jugarían en horario diurno y días sábados para poder vender los derechos a otros continentes. El interés pasó a ser mundial, pero el destino quiso que nada de lo que planificó la casa madre del fútbol sudamericano en un comienzo sea así: la ida no se jugó el 10 de noviembre por una fuerte tormenta y se pasó para el domingo 11 y la revancha no fue el sábado 24 en Buenos Aires sino el 9 de diciembre en Madrid.
El gol sacando del medio
El partido en la Boca comenzó con un River ampliamente superior, Borré y Martínez Quarta tuvieron oportunidades para abrir el marcador pero las definiciones no fueron exactas. El eterno rival mostró una postura algo temeraria pero se encontró con la ventaja a los 33 minutos y 12 segundos mediante un violento remate de Ramón Ábila. Pero la alegría duró muy poco en la Bombonera. Borré sacó del medio y jugó para el Pity que avanzó y con un pase milimétrico asistió a Lucas Pratto que luchó contra Izquierdoz y con un ángulo complicado le pegó fuerte y cruzado, la pelota ingresó y a los 35 minutos exactos el partido ya estaba 1 a 1.
El gol del Oso fue determinante para lo que luego vino ya que sin ese tanto el eterno rival se hubiese impuesto en el resultado global. Es que Darío Benedetto volvió a poner en ventaja al local antes que termine el primer tiempo y en la segunda mitad se estableció el resultado final de la ida gracias al gol en contra de Izquierdoz –forzado por Lucas Pratto- que hizo que a la revancha lleguen igualados. La vuelta fue en el Bernabéu y la historia es conocida y gloriosa: Benedetto puso en ventaja a Boca y luego River lo dio vuelta con los goles de Pratto, Quintero y el Pity. La gloria eterna es de River y así será siempre.