River ya fijó su postura hace dos años, más precisamente el 24 de agosto de 2016, cuando a través de una Asamblea de Representantes de Socios se pronunció a favor de la continuidad del club como una Asociación Civil. La votación tuvo un resultado categórico: unanimidad, incluyendo los espacios de la minoría y aquellos que se consideran opositores a la gestión de Rodolfo D'Onofrio. Sin embargo, el fútbol argentino inexorablemente tratará la implementación o no de las Sociedades Anónimas Deportivas.

El panorama actual es complejo. Claudio Tapia, presidente de la AFA, y sus tropas políticas del Ascenso coinciden en la permanencia de los clubes como asociaciones civiles sin fines de lucro. Del otro lado está el deseo del presidente de la Nación, Mauricio Macri. Cuando era titular de Boca, en el año 1999, perdió sin atenuantes al impulsar las SAD: 24 a 1 concluyó el sufragio del que participaron los principales directivos de aquella época.

 

Ahora Macri está en una situación totalmente diferente, con el poder lógico de su cargo como mayor carta para, por ejemplo, utilizar el decreto 1212 de la AFIP -consiste en una exención impositiva para los clubes- como método de presión. Pese a ello, necesita los mecanismos lícitos para imponer su idea: no será sencillo, debido a que no reúne consenso. Muchos están dispuestos a respaldar la premisa, aunque prefieren eludir una exposición públicamente. Por eso se baraja la posibilidad de someter el asunto a votación secreta, herramienta no contemplada estatutariamente.

Lo cierto es que la idea de tratar el tema en la Asamblea de la AFA quedó en suspenso por falta de quórum para una votación exitosa de quienes pretenden el arribo de las SAD. River mantiene una línea en su administración, pero no dejó en claro cuál es su posición en general. San Lorenzo, en cambio, encabeza la negativa. Chiqui Tapia ganó tiempo, mientras que Macri continúa con el mismo interés, sabiendo que sus prioridades son otras en este momento.