Facundo Villalba debutó en River el 29 de mayo de 1993. Allí, el club de Núñez empató 1-1 con Argentinos Juniors. Ni por asomo ese pequeño Luigi imaginaba que luego se transformaría en el sostén de los jóvenes que hoy se encuentran en la misma situación que él antes de saltar a Primera.

El técnco de la Reserva de River pasó por LPM TV y, palpitando la previa del encuentro ante Boca para definir al campeón de América, manifestó su alegría por los logros de los canteranos: "Me da una alegría grande, la verdad que sí. Que Julián Álvarez vaya al banco de los suplentes, después que haya entrado el Chino, Palacios, Montiel... Está bueno. A mí me tocó vivir lo mismo, desde las Infantiles estuve peleando para jugar en la Primera División y me tocó hacerlo. Me pone muy contento porque tuve la suerte de poder estar en esa situación, de pelearla tanto como ellos, me alegra mucho".

Y puntualmente, una de las últimas joyitas salidas de las Inferiores es Julián Álvarez. Al respecto, el DT que supo tener a La Araña entre sus filas, analizó: "Julián es un delantero técnicamente muy bueno, no es de esos típicos nueve. Sí es un centrodelantero que hace goles, es un gran potencial a más adelante. No tengo la menor duda, tiene un gran talento. Puede jugar como segunda punta. En Reserva, ha jugado de nueve y de segunda punta. Se adapta".

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El talento de los pibes de River: "Para mí los jugadores de River, técnicamente, son muy buenos. Enfrentamos todos los domingos a los otros equipos y vos ves a los tuyos y yo creo que son muy buenos. En cualquier momento se le puede dar, después tienen que agarrar ritmo de Primera. Como yo siempre digo, las exigencias están aún sabiendo que todavía son muy chicos y que tienen mucho más para dar".

La importancia de formarlos como profesionales: "Los chicos vienen con el potencial de fábrica, pero siempre hay cosas para mejorarlos. Nosotros, como formadores y entrenadores del club, tenemos que formarlos para que estén lo más aptos posibles para cuando les toque llegar a la Primera División".

¡Echó a los hijos de su casa para ver el partido ante Boca!: "En la primera final con Boca me tuve que quedar solo en mi casa. Yo estaba viéndolo en el primer piso y mis hijos estaban abajo. Me llegaba con delay y me adelantaban la jugada. Les tuve que decir por favor que se vayan al lado, a lo de mi cuñada, porque no lo podía soportar. Los eché, entre comillas".

El gol a Boca en 1997 sigue latente: "Cierro los ojos y todavía sigo teniendo esa imagen. Lo tengo calcado, como una imagen que tengo todo el tiempo. Me puse a mirar un video que me hicieron mis hijos, y los goles que hice acá en River siempre me besaba la camiseta. Siempre los festejaba de esa manera".